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¿Pudo surgir un universo de la nada? Análisis al libro de Lawrence Krauss



Me hablan mucho sobre el libro de Lawrence Krauss titulado 'Un Universo de la Nada' en el cuál afirma que la física ha resuelto básicamente el misterio de por qué hay algo en lugar de nada. Normalmente este libro es presentado cómo el caballo de Troya de numerosos ateos cuándo se les habla sobre el Origen del Universo, quizás valga observar lo que propone Krauss y cómo el cree que el universo pudo haber salido de la nada por situaciones meramente fortuitas y naturales.

Una de las primeras críticas a su libro llegó desde el New York Times por parte del físico David Albert:

"La particular y eternamente persistente base física elemental del mundo, de acuerdo con los postulados estándar de la teorías de campos cuánticos relativistas, consiste (no sorprendentemente) en campos cuánticos relativistas… lo cuál no nos dice absolutamente nada sobre el origen de dichos campos, o porqué el mundo tiene que consistir en campos de esta particular clase, o porqué debería de haber consistido en campos de cualquier naturaleza, o por qué debería de existir un mundo en primer lugar. Punto. Caso concluido. Se acabó la historia."

También el filósofo Massimo Pigliucci comenta sobre el libro de Krauss:

"Esto muestra claramente dos cosas: primero, que Krauss no entiende cuál es el papel que juega el conocimiento filosófico; segundo que a Krauss no le importa jugar a practicar psicología de sillón a pesar de la falta absoluta de evidencia a favor de su explicación de psicología popular."

Ahora bien, en su libro Krauss intenta explicar como un vacío cuántico sería un escenario suficiente para comprender que todo lo materialmente existente puede haber emergido de forma espontánea de la nada, o al menos eso es lo que parece desprenderse del título y de los titulares que acompañan a la promoción del libro. Krauss sigue así el camino emprendido hace un par de años por Stephen Hawking en su libro “The Grand Design”, la argumentación de que la realidad material se explica por sí sola, y todo ello acompañado de un desprecio profundo por las reflexiones filosóficas. Cabe recordar que estos dos personajes son abiertamente anti-teístas.

Una fluctuación del vacío cuántico asume que ya existía un vacio con espacio pre-existente. Y ahora sabemos que el “vacio” es muy diferente de “nada”.

El vacío, o espacio vacío, tiene energía en tensión, puede ser doblado y curveado, así que sin lugar a dudas es algo. Como escribió Alan Guth, "En este contexto, la propuesta de que el universo fue creado a partir de espacio vacío no es más fundamental que la propuesta de que el universo fue generado por un trozo de caucho. Es posible que sea cierto, pero uno debe cuestionarse acerca del origen del trozo de caucho y de donde salió". En ciertos modelos de gravedad cuántica, el espacio y el tiempo se crean en el momento mismo del Big Bang. Es por eso que los modelos semi-clásicos, como la propuesta "sin límite" de Hartle-Hawking o modelo de "efecto túnel cuántico" de Vilenkin, apoyan la premisa de que el universo comenzó a existir. Lo que ellos no hacen, ni pueden hacer, es explicar cómo el ser puede venir del no-ser.

Desde el modelo de Vilenkin, el surgimiento del túnel cuántico a partir de nada plantea otra pregunta intrigante. El proceso del túnel cuántico está gobernado por las mismas leyes fundamentales que describen la subsecuente evolución del universo. Se deduce entonces que las leyes deben estar “presentes” antes del universo mismo. Cómo pregunta el mismo Vilenkin, ¿significa esto que las leyes no son meramente descripciones de la realidad y pueden tener existencia independiente en sí mismas? En ausencia de espacio, tiempo y materia, ¿en qué tablas pudieron ser escritas? Las leyes se expresan en forma de ecuaciones matemáticas. Si el “médium” de las matemáticas es la mente, ¿significa esto que la mente debe anteceder al universo? Es decir, ¿una mente debe de estar tras el universo?.

Krauss en una entrevista, no tuvo más remedio que conceder que su concepto de “nada” no se corresponde con el de los filósofos y los teólogos y que en realidad a él ese concepto de la nada de esta gente le trae al pairo; él de lo que habla es de su concepto de la nada como un estado de ausencia de partículas, su propio vacío cuántico imaginario gobernado, eso sí, por unos campos descriptibles matemáticamente sin que conozcamos ni podamos explicar el origen de los mismos y de las leyes que los determinan. De forma pretenciosa, nos cuenta que uno de los grandes descubrimientos de la física moderna es que la nada es en realidad “todas-las-cosas” y que tiene propiedades.

Este desprecio por los filósofos tiene un pequeño problema. El título del libro se refiere expresamente a una pregunta de naturaleza filosófica, popularizada precisamente por un filósofo (Leibnitz) y la nada que aparece en el mismo es exactamente la nada de los filósofos y de los teólogos, es decir la nada metafísica. La confesión impulsiva de Krauss de que se le da un ardite el concepto de “nada” de esta gente (“I don't really give a damn what nothing means to philosophers”) lo único que pone de manifiesto es que su libro no ha respondido en absoluto al reto planteado en su cabecera. Pero hay más, la inconsistencia de Krauss no termina ahí. Al final de la entrevista nos confiesa que su libro termina planteando la solución de los multiversos como barrera definitiva frente a cualquier inferencia que pretenda una explicación causal trascendente de la realidad material que conocemos.

Pues bien, la explicación que pretende reconducir la emergencia del Universo a partir de la nada como argumento para denegar la necesidad de la existencia de un ser trascendente es una cosa. La justificación por multiversos presentada como una remisión al infinito que haga innecesaria la búsqueda de un ser infinito (es decir Dios, en las propias palabras de Krauss, para que no haya duda) trascendente a la realidad material tal como el propio Krauss concede sería necesario, es otra cosa bien distinta. Y es una explicación que busca de forma explícita la refutación de las argumentaciones cosmológicas tradicionales que se apoyan en el carácter contingente del mundo material. Como es sabido el carácter contingente de la realidad material se sustenta en su condición de finitud; de ahí que la propuesta de un modelo materialmente infinito tenga por objeto dejar sin apoyo el discurso de los argumentos cosmológicos clásicos. El argumento de los multiversos sin embargo es un argumento débil donde los haya. No existe ningún dato de la realidad que precise de la teoría de los multiversos para hacer comprensible el mundo conocido. La idea de que se trata de una hipótesis inverificable no parece importar para reivindicar su carácter científico. Se trata de una hipótesis gratuita, indestructible tanto como imposible de demostrar, permite abrir la puerta a una posibilidad teórica que no puede ser descartada empíricamente y eso parece bastar para convertir los argumentos cosmológicos al uso en un discurso inconsistente en el que falla la Mayor, ya que la afirmación categórica del carácter finito y por ende contingente del mundo material queda como una afirmación indemostrable.

Lo patético del planteamiento de Krauss es que su recurso a la idea de los multiversos es estrictamente filosófico, algo de lo que el propio Krauss parece percatarse (“It sounds like philosophy”). De hecho, la infinitud es una idea estrictamente filosófica y no es un concepto que pueda derivarse de la ciencia ya que todas las observaciones y mediciones en las que descansa el quehacer científico y el conocimiento empírico de la realidad son por su propia naturaleza finitas. Es más, el recurso al hipotético carácter infinito del mundo material para eludir la idea de un ser necesario trascendente al Universo material resulta explícito en el comentario de Krauss, y se trata de un viejo argumento filosófico que desde Hume se viene proponiendo por doquier. Junto a tan profundo argumento filosófico y en perfecta falta de sintonía, no duda en ofrecernos la siguiente perla: “eso de que -de la nada, nada puede salir- sólo son palabras vacías”. Sin comentarios.

Dr. Krauss añade que si el tiempo comienza en el Big Bang, entonces podríamos necesitar de re-evaluar lo que queremos decir con la “causalidad” misma. Sospecho que él piense de esa manera porque él está trabajando con algunos análisis físicamente reduccionistas de la causalidad. Sin duda, él está correcto de que esos análisis estarán expuestos como insostenibles cuando se les exija que expliquen el origen del universo. Pero por más desafiante que pudiera ser el comienzo del universo para este tipo de análisis reduccionistas, este no va a hacer nada para revertir el principio metafísico de que nada sale de la nada.

Lawrence Krauss presenta teorías especulativas no probadas de cómo las cosas llegaron a existir fuera de un complejo pre-existente de entidades, incluidos los principios variacionales, teoría cuántica de campos, grupos de simetría específicos, un vacío burbujeante, todos los componentes del modelo estándar de la física de partículas, y así sucesivamente. Krauss no explica de qué manera estas entidades podrían haber existido previamente la llegada a la existencia del universo, por qué deberían haber existido en absoluto, o por qué deberían haber tenido la forma que lo hicieron. Y él no da ningún proceso experimental u observacional mediante el cual pudiéramos probar estas vívidas especulaciones del supuesto mecanismo genera-universo. ¿Cómo en verdad puede usted probar materialmente lo que existía antes de que existiera el universo?

Por lo tanto lo que él está presentando no es ciencia probada. Es una especulación filosófica, que, al parecer, cree que es tan convincente que no tiene que dar ninguna especificación de pruebas que confirman que es verdad. Bueno, no se puede obtener ninguna evidencia material sobre lo que existía antes de que el espacio y tiempo llegaran a existir. Por encima de todo él cree que estas especulaciones basadas matemáticamente resuelven mil años de edad enigmas filosóficos, sin comprometerse seriamente a esas cuestiones filosóficas. La creencia de que toda la realidad puede ser comprendida plenamente en términos de la física y las ecuaciones de la física es una fantasía.

Y sobre todo, Krauss no se ocupa de por qué existen las leyes de la física, por qué tienen la forma que tienen, o en qué tipo de manifestación existían antes de que existiera el universo (que debe creer si él cree que trajo el universo a la existencia). ¿Quién o qué soñó los principios de simetría, Lagrangianos, grupos de simetría específicos, teorías de calibre, y así sucesivamente? Él no comienza a responder a estas preguntas.

Es muy irónico cuando dice que la filosofía es una tontería y luego él mismo se involucra en este tipo de intento de la filosofía. Parece que la educación científica debe incluir algunos módulos básicos sobre Platón, Aristóteles, Kant, Hume, y los otros grandes filósofos, así como los escritos de los filósofos más recientes, como Tim Maudlin y David Albert.

"Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, a fin de que cumplamos todas las palabras de esta ley." (Deuteronomio 29:29)
17:38

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