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Jesús en la historia [Parte I] - Introducción



El estudio del Jesús histórico iba asociado en la generación anterior a la idea de su escasa relevancia teológica. Se decía que lo decisivo era el Cristo predicado, con la única premisa de asegurarnos de su compatibilidad con el Jesús histórico, del cual por cierto —se añadía— sabemos muy pocas cosas. Esta idea ha calado. Muchos se sienten hoy inermes a la hora de aclarar con argumentos lo que sabemos del Jesús histórico, lo que sólo podemos conjeturar y lo que no podemos conocer. Libros desveladores de secretos, que pretenden rescatar al verdadero Jesús de las falsificaciones eclesiales, se apresuran a llenar este hueco en el mercado, al igual que ciertos escritos edificantes que extraen de los anhelos religiosos y valores éticos de nuestro tiempo un Jesús de nueva hechura. De ambos lados se desdeña la labor paciente de la ciencia. Pero no hay otra alternativa en una sociedad ilustrada y en una Iglesia abierta que quiere estar al tanto de sus propios fundamentos. 

Este manual ofrece una investigación científica de Jesús: no sólo sus resultados, sino el proceso de adquisición de saberes. Está escrito con la convicción de que doscientos años de investigación histórico-crítica en torno a Jesús y las fuentes sobre él y su entorno, enormemente ampliadas en ese período, han arrojado resultados importantes. El proceso de la ciencia comporta desde luego muchos requisitos que demandan paciencia de los lectores y lectoras interesados, más que nada, por unos resultados claros.  

La ciencia no dice «así fue», sino «así podría haber sido a tenor de las fuentes». Por eso reseñamos todas las fuentes que ofrecen algún interés; no sólo las canónicas sino también los evangelios apócrifos, no sólo textos cristianos sino textos no cristianos que hacen mención de Jesús. Indicamos, además, la base textual que respalda las distintas conclusiones y consideraciones.  

La ciencia no dice nunca «así es», sino «así se nos presenta en el estado actual de la investigación», y esto significa exactamente «en el estado actual de nuestros saberes y errores». Por eso facilitamos una visión panorámica de la investigación sobre cada tema importante. Indicamos brevemente las posiciones clásicas que reaparecen siempre en distintas variaciones. Esto ayudará a ordenar, evaluar y relativizar las opciones defendidas en esta serie de artículos.

La ciencia no dice simplemente «este es nuestro resultado», sino «este es nuestro resultado a partir de determinados métodos». La vía por la que la ciencia alcanza su objetivo es para ella tan importante como el propio objetivo; a veces incluso más. Porque la vía puede ser correcta aunque el objetivo resulte ser una estación intermedia que luego es preciso abandonar. Por eso asomarán a menudo en esta serie ciertas consideraciones metodológicas y hermenéuticas. Conviene hacerlo así para obviar la actitud de escepticismo, que desespera de poder obtener algún conocimiento histórico sobre Jesús. Haré un capítulo entero (cap. 4) dedicado a esta cuestión.  

La ciencia es consciente, en fin, de que sus resultados son más efímeros que los problemas a los que intenta dar respuesta. Esto vale también para la investigación sobre Jesús. Pese a la enorme serie de actitudes y posiciones, hay algunos problemas básicos que son recurrentes. Forman las constantes dentro de la variedad. De ahí que nuestra exposición se focalice en los problemas. Pero ya por razones de transparencia y claridad indicamos siempre dónde pueden estar las soluciones en el estado actual de nuestros saberes y errores. 

Como la ciencia no se ocupa simplemente de la realidad sino que reflexiona sobre fuentes, niveles de investigación, métodos y problemas, su tarea resulta complicada. Vemos aquí un desafío para la didáctica científica. Nuestro manual pretende exponer con la mayor claridad posible un conocimiento preciso de los problemas, y también trasmitir algo de la alegría que produce, dentro del proceso de la ciencia, participar en la búsqueda de la verdad y de la enmienda de nuestros errores. Tenemos presente que entre las lectoras y lectores hay también laicos interesados que quieren informarse sobre Jesús. Por eso agregamos la traducción de todas las citas y frases en griego y hebreo. Y procuramos ceder lo menos posible a la tendencia académica de confundir profundidad con oscuridad. De ahí que nuestra serie esté salpicada de consideraciones didácticas. Nació de unos «cursos intensivos sobre el nuevo testamento» que el autor impartió como profesor y en los que la autora participó, hace tiempo, como estudiante. He escrito deliberadamente un manual que se presta al estudio en pequeños grupos o en plan individual. 

Cada capítulo comienza con una breve introducción y unas tareas preparatorias que sirven a menudo para conocer textos importantes. Citamos sobre todo textos ajenos al antiguo y al nuevo testamento. Tales textos deberían conocerlos incluso los lectores que no tienen tiempo para hacer las tareas propuestas sobre ellos, ya que son relevantes para los problemas reales. Las propuestas de lectura que hacemos aquí ocasionalmente no son, en cambio, un requisito para la comprensión del capítulo correspondiente. Pero el que desee estudiar el tema más a fondo, como preparación para los exámenes, por ejemplo, debe tomar nota de estos aportes fundamentales.

La parte principal de cada capítulo contiene una panorámica de los textos y problemas sobre cada tema en una articulación lo más clara posible. Tablas, comparaciones y esquemas pretenden visualizar los problemas significativos. Las divisiones en puntos y subpuntos —con términos en cursiva— sirven para ayudar a memorizar mejor ciertos contenidos complejos.

Al final de cada capítulo hay tareas y controles de aprendizaje que plantean además nuevos problemas, especialmente a la hora de pasar de lo estudiado a otras materias desconocidas. Estas tareas adicionales forman parte del tratamiento del tema.

En la estructuración de cada capítulo hemos procurado redondear cada tema sin dejar lagunas. El que estudia, por ejemplo, la última cena de Jesús debe tener una exposición suficiente de sus problemas sin necesidad de leerse todo el libro. Por eso el lector puede saltarse capítulos en la lectura. El que opine que la investigación del Jesús histórico debe comenzar por la fe pascual, puede iniciar su estudio con este tema. Un manual como el presente, que pretende exponer la investigación realizada en torno a Jesús y no las ideas preferidas de sus dos autores, no por eso deja de estar marcado por una determinada imagen de Jesús. Es una imagen contextual. Vemos a Jesús en el contexto del judaismo y de la historia local, social y política de su tiempo. 

También detrás de esta serie hay «precomprensiones» e «intereses». Así, creemos que el Jesús histórico puede facilitar un acceso al judaísmo por su afinidad, que el estudio de su mensaje afina la conciencia social y que el encuentro con él modifica la pregunta por Dios.

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