Un número de éticos como Robert Adams, William Alston, Mark Linville, Paul Copan, John Hare, Stephen Evans y otros han defendido varios argumentos morales a favor de Dios.[15] Para entender la versión del argumento moral que he defendido en mis propias obras, es necesario que entendamos un par de distinciones importantes.
En primer lugar deberíamos distinguir entre los valores y deberes morales. Los valores tienen que ver con que si algo está bien o mal. Los deberes tratan con que si algo está correcto o incorrecto. Ahora bien, al principio podrías pensar que esta es una distinción sin una diferencia: “bien” y “correcto” quieren decir la misma cosa y lo mismo va para “mal” o “incorrecto”. Pero si lo piensas bien, puedes ver que ese no es el caso. El deber tiene que ver con la obligación moral, con lo que deberías o no deberías hacer. Pero es obvio que no estás moralmente obligado a hacer algo simplemente porque sería algo bueno para ti hacerlo. Por ejemplo, sería algo bueno para ti convertirte en doctor, pero no estás moralmente obligado a convertirte en un doctor. Después de todo, sería también algo bueno que te conviertas en un bombero o en un ama de casa o en un diplomático, pero no lo puedes hacer todo. De manera que hay una diferencia entre lo bueno/malo y lo correcto/incorrecto. Lo bueno/malo tiene que ver con el valor de algo, mientras que lo correcto/incorrecto tiene que ver con el que algo sea obligatorio.
En segundo lugar, hay la distinción entre ser objetivo o subjetivo. Por “objetivo” quiero decir “independiente de las opiniones de las personas”. Por “subjetivo” quiero decir “dependiente de las opiniones de las personas”. Decir que hay valores morales objetivos es decir que algo está bien o mal independiente de lo que las personas piensen acerca de ello. De la misma manera, decir que tenemos deberes morales objetivos es decir que ciertas acciones están correctas o incorrectas para nosotros sin importar lo que las personas piensen al respecto. Así que decir, por ejemplo, que el Holocausto estaba objetivamente malo es decir que estaba malo aún si los nazis hubiesen ganado la Segunda Guerra Mundial y hubiesen tenido éxito exterminando o lavando el cerebro a todos los que no estaban en acuerdo con ellos para que todos creyeran que Holocausto estaba bien.
Con esas distinciones en mente, aquí está un argumento moral sencillo a favor de la existencia de Dios:
1. Si Dios no existe, los valores y deberes morales objetivos no existen.
2. Los valores y deberes morales objetivos existen.
3. Por lo tanto, Dios existe.
3.1. Las Premisas 1 y 2
Lo que hace que este argumento sea tan convincente no es sólo que es lógicamente hermético sino que también las personas por lo general creen en ambas premisas. En una época pluralista, las personas tienen temor de imponer sus valores sobre alguien más. Por lo tanto, la premisa 1 les parece correcta a ellos. Los valores y deberes morales no son realidades objetivas (es decir, que son válidas y vinculantes independientes de la opinión humana) sino que son meramente opiniones sujetivas arraigadas en nosotros por la evolución biológica y el condicionamiento social.
Al mismo tiempo, sin embargo, las personas creen profundamente de que ciertos valores y deberes morales (por ejemplo, la tolerancia, la apertura mental y el amor) son objetivamente válidos y vinculantes. ¡Piensan que es algo objetivamente malo que impongas tus valores sobre alguien más! Por lo tanto, también están comprometidos profundamente con la premisa 2.
3.2. Respuesta de Dawkins
De hecho, el mismo Dawkins parece estar comprometido con las dos premisas. Con respecto a la premisa 1, Dawkins nos informa, “No existe, en el fondo, ningún diseño, ningún propósito, ni mal, ni mal, no hay nada más que una indiferencia ciega. [...] Somos máquinas para propagar ADN [...] Es la única razón de ser de todos los objetos vivientes.”[16] Pero a pesar de que él dice que no hay mal, ni bien, nada sino una indiferencia sin sentido, el hecho es que Dawkins es un moralista terco. Él dice que se “mortificó” de saber que Jeff Skilling, el ejecutivo de la corporación Enron, considera el libro “El Gen Egoísta” su libro favorito debido a la percepción que tiene el libro del Darwinismo Social.[17] Él caracteriza los “errores darwinistas” como por ejemplo sentir compasión por alguien incapaz de pagarnos de regreso o sentir atracción sexual por un miembro infértil del sexo opuesto como “benditos, preciosos errores” y le llama a la compasión y a la generosidad “nobles emociones”.[18] Él denuncia la doctrina del pecado original como “moralmente detestable”.[19] Él vigorosamente condena dichas acciones, por ejemplo el acoso y el abuso a los homosexuales, el adoctrinamiento religioso infantil, la práctica de los Incas de sacrificio humano y el valorar la diversidad cultural sobre los intereses de los niños Amish. Se va tan lejos hasta de ofrecer su propios Diez Mandamientos para guiar el comportamiento moral, todo esto mientras sorprendentemente permanece distraído de la contradicción que hay con su subjetivismo ético.[20]
En su sondeo de los argumentos a favor de la existencia de Dios, Dawkins habla de un tipo de argumento moral al cual llama el “Argumento de los Grados”.[21] Pero este tiene poco parecido al argumento que presentado aquí. No estamos argumentando desde los grados de bondad a un bien mayor, sino desde la realidad objetiva de los valores y deberes morales hasta su fundamento en la realidad. Es difícil de creer de que todas las denunciaciones y afirmaciones morales acaloradas estén realmente destinadas a no ser más que su opinión subjetiva, como si estuviera diciendo en voz baja con una guiñada, “por supuesto, no creo que el abuso infantil, la homofobia y la tolerancia religiosa sean algo realmente malo. ¡Haz lo que te parezca—no hay ninguna diferencia moral!” Sin embargo, la afirmación de los valores y deberes objetivos es incompatible con su ateísmo, ya que en el naturalismo somos simplemente animales, primates relativamente avanzados, y los animales no son agentes morales. Por lo tanto, al afirmar ambas premisas del argumento moral, Dawkins está (con dolor de irracionalidad) comprometido con la conclusión del argumento: de que Dios existe.
3.3. El Dilema de Eutifrón
A pesar de que Dawkins no plantea la siguiente objeción, uno con frecuencia escucha que los no creyentes la plantean como respuesta para el argumento moral. Se le llama el “Dilema de Eutifrón”, nombrado así por un personaje en uno de los diálogos de Platón. Básicamente este va de la siguiente manera: ¿Es algo bueno porque Dios lo desea? O ¿Dios desea algo porque es bueno? Si dices que algo es bueno porque Dios lo desea, entonces lo que es bueno se hace arbitrario. Dios pudo haber deseado que el odio sea bueno y entonces hubiésemos estado moralmente obligados a odiarnos los unos a los otros. Eso parece una locura. Algunos valores morales, por lo menos, parecen ser necesarios. Pero si dices que Dios desea algo porque es bueno, entonces lo que es bueno o malo es independiente de Dios. En ese caso, los valores y deberes morales existen independientemente de Dios, lo cual contradice la premisa 1.
La debilidad del Dilema de Eutifrón es que el dilema que este presenta es uno falso porque hay una tercera alternativa: Dios desea algo porque él es bueno. La naturaleza misma de Dios es el estándar de bondad y sus mandamientos para nosotros son expresiones de su naturaleza. En resumen, nuestros deberes morales están determinados por los mandamientos de un Dios justo y amoroso.
Así que los valores morales no son independientes de Dios porque el carácter propio de Dios define lo que es bueno. Dios es esencialmente compasivo, justo, bondadoso, imparcial, etc. Su naturaleza es el estándar moral que determina lo bueno y lo malo. A su vez, Sus mandamientos reflejan necesariamente Su naturaleza moral. Por lo tanto, no son arbitrarios. Lo que es moralmente bueno/malo se determina por la naturaleza de Dios y lo que es moralmente correcto/incorrecto se determina por Su voluntad. Dios desea algo porque Él es bueno y algo está correcto porque Dios lo desea.
Esta visión de la moralidad ha sido defendida elocuentemente en nuestros días por algunos filósofos muy conocidos como Robert Adams, William Alston y Philip Quinn. Aún así, los ateos continúan atacando los hombres de paja levantado por el Dilema de Eutifrón. En el reciente Cambridge Companion to Atheism [Compendio Cambridge para el Ateísmo] (2007), por ejemplo, el artículo sobre Dios y la moralidad, escrito por un ético prominente, presenta y critica sólo la visión de que Dios de manera arbitraria se inventó los valores morales—un hombre de paja que virtualmente nadie defiende. Los ateos tienen que hacer un mejor trabajo que ese si han de derrotar los argumentos morales contemporáneos a favor de la existencia de Dios.
Hay una modalidad del pensamiento sobre
qué es el bien y qué es el mal. Esta modalidad es el relativismo moral.
El relativismo moral dice que cada cual determina qué es lo correcto
para sí; es decir que la moralidad es subjetiva. Lo opuesto de este
pensamiento es una moralidad objetiva, que no es determinada por ninguna
persona ni sociedad, sino por algio más allá de ella.
Entonces, ¿qué es lo correcto?
Es importante resaltar que no hay punto
medio – son sólo estas opciones. O la moralidad es absolutamente
objetiva o depende de cada cual (subjetiva). No hay un punto medio ni postura neutral.
Subjetivo versus Objetivo
“Algo objetivo es algo que no depende del individuo (sujeto), sino con el objeto en discusión. Algo es subjetivo cuando depende del individuo (sujeto) y no del objeto.
“Por ejemplo, si yo digo: ‘el pastel de chocolate es lo más delicioso del mundo,’ estoy diciendo algo que tiene que ver conmigo (el sujeto), no con el pastel (objeto). Es mi preferencia de sabor de pastel. Sin embargo, tú puedes diferir sobre ello. Ahora, si yo digo: ‘El pastel de chocolate cura el cáncer’ ya no tiene que ver conmigo, sino con el pastel (el objeto). No importa si tu preferencia de pastel es otra – estamos hablando de que el pastel de chocolate cura el cáncer. Por lo tanto, estoy diciendo algo objetivo (que tiene que ver con el objeto y no el sujeto) a diferencia de algo subjetivo (que tiene que ver con el sujeto y no con el objeto).”
Por lo tanto, cuando decimos que la
moralidad es objetiva, estamos hablando de que lo que decide si una
conducta moral es buena o es mala no es el sujeto. Es decir, los valores
morales existen sin importar que un individuo o una cultura crea que
existen o no. Yo no soy el que decide si lo que hago está bien o está
mal, sino que hay un estándar – una medida, un “objeto,” por así decirlo
– con lo cual tiene que ver la moralidad. Cuando ya hay algo que define
lo que está bien, entonces tenemos un deber moral de llevarlo a cabo
porque, aunque este deber está en nosotros, no nace de nosotros.
Subjetividad moral = ¿libertad?
En la gran mayoría de las ocasiones, se
proclama y se aboga por una subjetividad moral para estar libre de
cumplir con las responsabilidades morales que conlleva una moralidad
objetiva. Me explico: si yo soy el que decide qué es lo bueno y qué es
lo malo, pues tengo la libertad de decidir lo que me conviene.
La subjetividad moral – en cierto sentido
– le da libertad al individuo a definir por sí mismo qué es lo que está
bien y qué es lo que está mal. Como cada cual tendría una percepción
diferente de lo que es bien o mal (aunque en algunas cosas estén de
acuerdo), el bien y el mal dejan de existir, como tal. Sólo existen lo
que es bien o mal para tí y a eso se le conoce como preferencia.
Si pasas por un lago y ves a un niño
ahogándose, ¿qué harías? Lo bueno del relativismo moral es que no hay
una contestación correcta. Si decides seguir caminando y el niño muere
ahogado, nadie puede decir que lo que hiciste estuvo mal. Sencillamente
no era tu preferencia hacerlo y no tienes ninguna obligación moral para
hacerlo – porque eso fue lo que decidiste. Ahora, lo opuesto también es
cierto. Si decides rescatar al niño, nadie puede decir que lo que
hiciste estuvo bien – porque esa definición de bien o mal no existe.
¿Qué implica la subjetividad moral?
Llevemos la subjetividad moral a sus
consecuencias lógicas. Creo que podremos tener un marco certero de qué
tipo de persona se puede esperar que cumpla estas ideologías.
Interesantemente, las personas que abogan por la subjetividad moral sólo
piensan en lo que los hace feliz, les trae placer, y otras cosas
semejantes. Por ejemplo, se ayuda a otra persona porque me hace sentir
bien hacerlo, no porque es lo correcto. Porque “lo correcto” ya sería un
jucio moral que implica una moralidad objetiva. El otro lado también es
cierto. Si mato a otra persona es porque me hace sentir bien (o me
beneficio de ello), no porque está correcto. Nuevamente, decir que matar
a otro “está mal” es hacer un juicio moral absoluto.
Hay una cita que capta el punto exitosamente. Es parte de una grabación:
“Entonces aprendí que todos los juicios morales son juicios de valores. Todos los juicios de valores son subjetivos y que ninguno puede ser probado como bueno o malo. Hasta leí en algún lado que el presidente del Tribunal Supremo de los Estados Unidos había escrito que la Constitución estadounidense no hacía más que expresar juicios de valores colectivos. Aunque no lo creas, yo entendí por mi cuenta lo que el presidente del tribunal no pudo entender por su cuenta: que si la racionalidad de un juicio de valores era igual a cero, al multiplicarlo por millones el resultado no cobra racionalidad – sigue siendo cero. Tampoco hay ninguna razón para obedecer la ley. Como yo, que tiene la audacia, la osadía y la fuerza de carácter como para deshacerme de esas cadenas.
“He descubierto que, para poder ser verdaderamente libre y sin restricciones, tenía que deshacerme de las inhibiciones. Y descubrí rápidamente que el mayor obstáculo de mi libertad – el bloque más grande que me limitaba a vivir bajo ese insoportable sistema de juicios morales – era que tenía que respetar los derechos de los demás; hasta que me pregunté: ‘¿Quiénes son estos “de más”?'”
Esta cita es parte de la contestación que
el autor dio cuando una mujer le preguntó: “¿No piensas que lo que
estás haciendo está mal?” El autor de la cita prosiguió a defender su
postura de relativismo moral, diciendo que en realidad la moralidad
tenía que ver con los valores que tuviese cada persona. Y, como cada
persona tenía valores diferentes, entonces ninguno de esos valores tenía
precedencia sobre otro. Este hecho hacía que todos los valores
individuales igualaran a cero. El hecho de que muchos estuviesen de
acuerdo con uno u otro valor no hacía que ese valor fuese más valioso
porque, como dice el autor de la cita era como “multiplicar por cero.”
Luego dice que el más grande obstáculo
“para poder ser verdaderamente libre” era el valor de que tenía de
“respetar a los demás.” Ese respeto a su prójimo era un “bloque que
limitaba vivir bajo ese insoportable sistema de juicios morales.”
La grabación continúa:
“En todo caso quiero asegurarte, mi querida, que no hay diferencia en el placer que me da comer un jugoso jamón y el placer que anticipo al violarte y asesinarte. Esta es la honesta conclusión a la cual mi educación me ha llevado, luego de la más consciente evaluación de mi ser espontáneo y sin inhibiciones.”
Luego de estas palabras, se escucha un grito y se apaga la grabadora.
¿De quién es esta cita?
El famosísimo asesino en serie Ted Bundy solía
violar y asesinar mujeres mientras grababa los hechos. Las citas
anteriores fueron de las cintas de un asesinato en particular, en el
cual tuvo un intercambio con la mujer que luego violó y asesinó. Ted
Bundy vivía consistentemente con la postura de relativismo moral. No
había diferencia entre los tipos de placeres – comerse un jamón y matar a
alguien eran moralmente equivalentes.
¿Por qué?
Porque la moralidad relativa no se sujeta a algo más allá de nosotros, sino que la hacemos lo que sea que queramos que sea.
¿Quién es este dador de la ley moral?
Imagina que suena el timbre de la escuela
y los estudiantes recogen y salen a toda velocidad del salón. La
maestra se voltea a borrar la pizarra mientras los últimos estudiantes
terminan de recoger y se marchan. De pronto, ella escucha un sonido en
su escritorio. Se voltea y hay dos estudiantes parados en su escritorio.
Su billetera está de frente de los estudiantes y faltan $50. Cuando la
maestra pregunta “¿quién tomó mi dinero?”, cada estudiante culpa al
otro.
¿Quién es la persona que decide qué castigo lleva la persona que robó? ¿El estudiante culpable? No.
La maestra.
Obviamente, el estudiante que robó no
pensó que hacía algo malo. Para ese estudiante, tomar el dinero de otra
persona no está mal [si decimos que sí estuvo mal, entonces estamos
renunciando a la subjetividad moral]. Pero, no es la moralidad del
estudiante la que juega un papel en el salón, sino la de la maestra –
ella es quién preside sobre el salón y establece las normas dentro de
él.
Ahora, si lo llevamos a una escala
global, los individuos no son quiénes deciden lo que está bien o mal,
sino Aquel quién lo ordenó todo y estableció las leyes a las cuales
TODOS nos tenemos que sujetar.
Por lo tanto, es imposible vivir de una
manera consistente con la ideología de la subjetividad moral, porque esa
ley moral que nos provoca a reaccionar de cierta manera está en
nosotros. La razón es sencilla: somos hechos a imagen y semejanza de
Dios.
Diferencias entre moral objetiva y subjetiva
La razón que considero preferible hablar de los valores y deberes morales objetivos en lugar de los valores y deberes morales absolutos se puede ver mejor cuando se consideramos lo opuesto. Lo opuesto de “objetivo” es “sujetivo”. Lo opuesto de “absoluto” es “relativo”. Ahora bien, no se necesita hacer mucha reflexión para darse cuenta de que “relativo” no quiere decir “sujetivo”. Simplemente porque los deberes morales de uno sean relativos a las circunstancias de uno, de ninguna manera, implica que sean sujetivos, de que no haya una cosa objetivamente buena o mala a hacer en esa situación. Por lo tanto, la diferencia objetiva/sujetiva no es la misma que absoluta/relativa.
“Absoluta” quiere decir “sin importar las circunstancias”. “Relativa” quiere decir que “varía con las circunstancias”. Podemos estar de acuerdo, por ejemplo, que matar a otra persona no está absolutamente correcto. En algunas circunstancias matar a otra persona podría estar moralmente justificado y hasta ser algo obligatorio. Afirmar que el deber moral de uno varía con las circunstancias no es decir que no tenemos ningún deber moral objetivo que cumplir.
“Objetivo” quiere decir “independiente de la opinión de las personas (incluyendo la de uno mismo). “Sujetivo” significa que “es un asunto de opinión personal”. Si tenemos deberes morales objetivos, entonces en la diferentes circunstancias en las que nos encontramos estamos obligados o prohibidos a hacer varias acciones, sin importar lo que pensamos.
De igual manera, espero que puedas ver que el problema tampoco es la universalidad. La universalidad no implica objetividad. La universalidad de un código moral sólo podría ser evidencia de la unanimidad de opinión (tal vez está arraigada en nosotros por la evolución). Por el mismo lado, la objetividad tampoco implica universalidad. En cierto tiempo y en cierto lugar, alguna acción (por ejemplo, vestirse de cierta manera) podría ser objetivamente mala y en otro tiempo y lugar podría ser moralmente permisible.
Trazar estas diferencias con cuidado es vital para el argumento moral porque la afirmación de que “existen los valores y deberes morales absolutos” va a levantar, con razón, más oposición que la afirmación que “existen los valores y deberes morales objetivos”. Las personas van a interpretar que ciertas cosas siempre están bien o siempre están mal, sin importar las circunstancias, lo cual es definitivamente lo que no estás afirmando. El punto es que si Dios existe, hay valores morales objetivos y nosotros tenemos deberes morales objetivos que cumplir en cualquier circunstancia que nos encontremos. Pero la objetividad de esos valores y deberes no implica que ellos no varían con las circunstancias. Ellos son objetivos, ya sean o no también absolutos y universales.
¡Mantener correcta esas distinciones evitará una gran cantidad de confusiones!
¿Qué es la verdadera “moralidad neutral”?
La única expresión de neutralidad en temas morales es el silencio.
Quiero señalar que éstas personas que
reclaman una posición moralmente neutral se engañan a sí mismos – porque
no es neutral. No puede serlo.
Desafortunadamente, este es uno de los
argumentos más prominentes del movimiento post-modernista y relativista.
Cuando dicen cosas como lo que la persona me dijo a mí, hacen la
implicación que están siendo neutrales, imparciales y tolerantes –
cuando es exactamente lo contrario.
No me malinterpreten: ellos están en todo
su derecho (como tú y como yo) a expresar sus opiniones. Pero hay que
estar conscientes que, al expresar cualquier opinión, la
neutralidad desaparece. Si expresas tu opinión o si abogas por tu punto
de vista, renuncias a tus reclamos de neutralidad.
Por esta razón pienso que la neutralidad
moral no es posible. Muchos hoy día abogan por una ética que, aunque
parece justa y tolerante, es la más insolvente de todos los sistemas
morales. Al final, este relativismo moral no es tolerante en lo absoluto
– ya que ataca a todos aquellos que no están de acuerdo con su
ideología de neutralidad. Es como decir: “Tu opinión cuenta, a menos que
no esté de acuerdo con la mía.” Suena persuasivo, pero es engañoso y erróneo.
Solamente puedo bosquejar una defensa breve acerca de la conexión que existe entre Dios y los valores morales objetivos (lo cual he hecho más extensivamente en otro momento.)2 Argumentaré que, si los valores morales objetivos existen, entonces Dios existe; los valores morales objetivos existen; por lo tanto Dios existe. Para resolver nuestra crisis ética, debemos reconocer el carácter de un Dios bueno (a cuya valiosa imagen los humanos han sido hechos) como un fundamento necesario de la ética, de los derechos humanos, y de la dignidad humana.
1. Los valores morales objetivos existen...son básicos: Los valores morales objetivos existen ya sea que una persona o cultura los considere"objetivos" o no. Los seres humanos que funcionan normalmente los dan por sentado como base de su bienestar y prosperidad.
a) Los humanos no tienen que leer la Biblia para averiguar qué es moral, ese conocimiento está a la disposición de todas las personas. Romanos 2:14-15 dice que aquellos que no cuentan con la revelación especial de Dios (Las Escrituras, Jesucristo) pueden distinguir entre el bien y el mal. Ellos poseen la revelación general de las leyes morales básicas de Dios en sus conciencias. "De hecho, cuando los gentiles, que no tienen la ley, (de Moisés) cumplen por naturaleza lo que la ley exige" (Romanos 2:14-15, NVI) Lo cual no es sorpresa ya que están hechos a la imagen de Dios. Están diseñados para desempeñarse apropiadamente cuando viven de acuerdo a los designios de Dios. Por lo tanto los humanos (incluyendo a los ateos) cuyos corazones no han sido endurecidos o desviados tendrán el mismo tipo de instintos morales intrínsecos que los cristianos, --como considerar que es incorrecto torturar bebés por diversión (así como la violación y el adulterio) y considerarán que la bondad es buena.
Cuando una persona dice "Quizás el homicidio o la violación realmente no son tan malos" esta persona no necesita un argumento. Ha sido desviada, si realmente cree esto, esa persona necesita ayuda espiritual y psicológica porque no está actuando debidamente". Incluso los relativistas que proclaman que los valores de alguien pueden ser verdaderos para él pero no para los otros son como aquellos que dicen "Tengo derechos" o "Deberías ser tolerante". Pero los derechos y la tolerancia no tienen ningún sentido si el relativismo es correcto. En lugar de esto, ellos nos llevan a pensar que los valores morales objetivos existen.2. Dios y la moralidad objetiva están cercanamente conectados: "No es poco común escuchar: "Los ateos pueden ser buenos sin Dios". El ateo Michael Martín discute que los deístas dan las mismas razones que los ateístas para condenar la violación: Ésta viola los derechos de las victimas y perjudica a la sociedad. Lo que Martín en realidad quiere decir es que los ateos pueden ser buenos sin creer en Dios, pero ellos no podrían ser buenos (tener valor intrínseco, responsabilidad moral, etc.) sin Dios (De hecho, nada existiría sin Él.). Esto es, debido a que los humanos están hechos a la imagen de Dios, pueden saber lo que es bueno aún cuando no crean en Dios. Los ateos y deístas pueden apoyar los mismos valores, pero el deísmo puede creer profundamente en los derechos humanos y en la dignidad porque estamos hechos a imagen de un valioso Ser Supremo.
b) Tal y como generalmente confiamos en nuestras percepciones sensoriales y las consideramos confiables (a menos que exista una buena razón para dudar de ellas), así deberíamos tratar a las intuiciones morales generales, como inocentes hasta probar lo contrario (aversión a torturar bebés por diversión, violación y adulterio) ¿Por qué confiamos en nuestros cinco sentidos? La mayoría de nosotros los consideramos bastante confiables, aún si algunas veces percibimos algo mal, somos sabios al prestar atención a nuestros sentidos y no dudar de ellos. Similarmente, tenemos instintos morales básicos, por ejemplo una repulsión a violar o tomar la vida de una persona inocente (el factor de repulsión), o una afirmación interna hacia el auto sacrificio por el bienestar de mi hijo (el factor de aprobación). El problema recae en aquellos que niegan o cuestionan los instintos morales básicos. Somos sabios al prestar atención a estos instintos morales básicos, aún si estas intuiciones necesitan un ajuste ocasional.
Los seres humanos que son sensibles a la moral pueden obtener las bases correctas relacionadas con la moralidad. En el apéndice del libro de C. S. Lewis La abolición del hombre3, él menciona una lista de varias virtudes que han sido aceptadas a lo largo de las épocas y civilizaciones (griega, egipcia, babilónica, nativa americana, india, hebrea...). Robar y matar son condenadas en sus códigos legales mientras que honrar a los padres y respetar los votos del matrimonio son aplaudidos.
Algunos podrían argumentar: ¿Acaso no existen conflictos morales también? Algunas culturas permiten la poligamia, por ejemplo. Sí, pero las costumbres del matrimonio y los votos que unen a los matrimonios también prohíben el adulterio. Mientras que las aplicaciones y las expresiones de principios morales pueden diferir de una cultura a otra, hay principios morales básicos que son comunes a todas las culturas. ¿Qué sucede cuando nos topamos con principios morales conflictivos (al menos cuando los encaramos)? Comencemos con casos claros de moral y vayamos hacia los que no están muy claros. A la luz de aparentes conflictos morales, sería erróneo adelantarse a concluir que la moralidad es relativa. Como el lexicógrafo Samuel Jonson menciona: "El hecho de que exista el crepúsculo no significa que no podamos distinguir entre día y noche".
c) Los principios morales son descubiertos, no inventados. Las reformas morales (abolición de la esclavitud, el derecho de la mujer a votar, la promoción de los derechos civiles de los negros) no tienen ningún sentido a menos que los valores morales objetivos existan. Aún cuando de la atmósfera de reforma pueda llevarse tiempo (incluso siglos), esto no implica que la moralidad sólo evoluciona durante la historia humana y sea solo una invención humana. Contrariamente, sugiere que los principios morales pueden ser descubiertos y que vale la pena ir en pos de ellos, aún cuando esto tenga un gran costo.
El filósofo ateo Kai Nielsen reconoce este punto: "Es más razonable creer que cosas tan elementales (como la violencia contra la mujer o el abuso de menores) sean malignas, que creer cualquier teoría que ponga en duda nuestra capacidad de saber o creer que son malignas... Creo firmemente que esto es fundamental y correcto y que cualquiera que no lo considere así no ha puesto a prueba en su interior las bases de sus creencias morales" 4.
Piense en esto: las personas racionales con valor intrínseco no provienen de procesos que no hayan sido conscientes, guiados y valiosos en su vida. Nuestro buen Dios provee un contexto necesario y natural para al existencia de personas valiosas con conciencia personal y propósito, concientes de sus derechos y moralmente responsables. Esto significa que la personalidad y la moralidad están necesariamente conectadas; los valores morales están enraizados en la personalidad. Sin Dios (un Ser personal) ninguna persona, y por lo tanto tampoco los valores morales, podrían existir: Sin personas, no hay valores morales. Sólo si Dios existe pueden tener lugar las propiedades morales.
3. Las teorías éticas no deístas están incompletas e inadecuadas: Algunos seculares sugieren que podemos tener sistemas éticos sin ninguna referencia a Dios (por ejemplo: Aristóteles, Kant.) Sin embargo, aunque pueden realizar algunas contribuciones muy positivas a la discusión ética (relacionadas con la virtud y el carácter moral o las obligaciones morales universales), sus sistemas están todavía incompletos. Todavía no nos dicen por qué los seres humanos valores intrínsecos y obligaciones morales.
¿Qué pasa con la ética evolutiva naturalista, según la cual desarrollamos la conciencia de lo correcto y lo incorrecto, y de la obligación moral que nos ayuda a sobrevivir y reproducirnos? La conciencia ética tiene solamente valor biológico.5 Tal enfoque, nos deja con los siguientes problemas: Primero, ¿podemos confiar en nuestras mentes incluso si somos nada más que productos de la evolución natural, tratando de pelear, alimentarnos, huir y reproducirnos? Charles Darwin tuvo una "duda terrible" ya que la mente humana se ha desarrollado a partir de los animales menores ¿porqué habría alguien de confiar en ella? ¿Por qué confiar en las convicciones de la mente de un mono? El proceso evolutivo natural se interesa en la adaptación y la supervivencia, no en la creencia de la verdad; por lo tanto, la moralidad objetiva no sólo está deteriorada, sino que además es un pensamiento irracional. Nuestras creencias, incluyendo las morales, pueden ayudarnos a sobrevivir, pero no hay razón para creer que sean verdad. Creer en la moralidad objetiva o en la dignidad humana puede ayudarnos a sobrevivir, pero puede ser completamente equívoco. El problema del escepticismo (incluyendo el escepticismo moral) es que mediante un proceso de razonamiento que considero digno de confianza, llego a la conclusión de que ¡no puedo confiar en mi propio razonamiento! Si confiamos en nuestras facultades racionales y morales, asumiremos un punto de vista deísta: al estar hechos a la imagen de un Dios bueno, veraz y racional, tiene sentido por qué confiamos en nuestros sentidos e intuiciones morales.
Conjuntamente, nos queda este problema: si los seres humanos son simplemente un producto de la evolución natural, entonces no tenemos fundamentos para tener obligaciones morales o dignidad humana. Esto podría disminuir fácilmente nuestra motivación moral. El predador sexual y caníbal Jeffrey Dahmer reconoció la seriedad de este asunto: "Si todo sucede naturalmente, ¿cuál es la necesidad de un Dios? ¿Puedo establecer mis propias reglas? ¿A quién pertenezco? Me pertenezco a mí mismo"7
Para reforzar aún más el punto acerca de la conexión entre Dios y la moralidad, un buen número de ateos y escépticos han comentado lo siguiente: El novísimo filósofo ateo J. L. Mackie dijo que las propiedades morales son "extrañas" al naturalismo y que "si existen los valores objetivos, estos hacen más probable la existencia de un dios que si no existieran". Por lo tanto, tenemos un argumento defendible que parte de la moral hasta la existencia de un dios8. El agnóstico Paul Draper observa: "En el deísmo es muy plausible un mundo moral"9.
Tal como la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América establece: "provistos por su Creador de ciertos derechos inalienables", este buen Creador es el fundamento verdadero de la ética y de la verdadera esperanza de rescatarla de su presente crisis"
Referencias
1 John Rist, Etica Real (Real Ethics) Cambridge: Cambridge University Press, 2003. Pág. 1
2 Vea Paul Copan, "Is Michael Martina Moral Realist?) Sic et Non" Philosophia Christi, new series 1 / 2 1999: 45-72; "Atheistic Goodness Revisited: A personal Reply to Michael Martin" Philosophia Christi, new series 2 /1 2000; Pp 91-104; "The Moral Argument " in The Ratioanity of Theism, ed. Paul Copan and Paul K. Moser London: Routledge, 2003., Pp.149-74; "A moral Argument " in To Every One An Answer : A case for the Christian Worldview: Essays in Honor of Norman L. Geisler, eds. Francis Beckwith, William Lane Craig, y J. P. Moreland. Downers Grove, III.: InterVasity Press 2004, Pp. 108-23; "Morality and Meaning without God: Another Failed Attempt," Philosophia Christi, new series 6 /1 2004; Pp. 295-304; "God Hume, and Objective Morality" in In Defense of Natural Theology: A Collection of New Essays in Philosophy and Religion, eds. Douglas R. Groothuis and James R. Sennett Downers Grove, InterVasity Press 2005, Pp. 200-25.
3 C. S. Lewis "La Abolición del Hombre" San Francisco: HarperSF, 2001.
4 Kai Nielsen, Ethics Without God Buffalo: Prometheus Books, 1990 Pp10-11.
5 Michael Ruse, The Darwinian Paradigm London: Routledge, 1989, p. 262.
6 Letter (3 de Julio 1881) a Ww. G. Down, in The Life and Letters of Charles Darwin, ed. Francis Darwin. London:. John Murray, Abermarle Street, 1887. Pp. 1:315-16
[15] Robert Adams, Finite and Infinite Goods [Bienes Finitos e Infinitos] (Oxford: Oxford University Press, 2000); William Alston, “What Euthyphro Should Have Said,” [Lo que Eutifrón Debería Haber Dicho] en Philosophy of Religion: A Reader and Guide [Filosofía de la Religión: Un Libro y Guía] (Editado por William Lane Craig. Publicado por Rutgers University Press, 2002), 283–98; Mark Linville, “The Moral Argument” [El Argumento Moral] en The Blackwell Companion to Natural Theology [Compendio Blackwell para la Teología Natural]. (Editado por William Lane Craig y J. P. Moreland. Publicado Wiley-Blackwell, 2009), 391–448; Paul Copan, “God, Naturalism, and the Foundations of Morality” [Dios, el Naturalismo y los Fundamentos de la Moralidad] en The Future of Atheism: Alister McGrath and Daniel Dennett in Dialogue [El Futuro del Ateísmos: Alister McGrath y Daniel Dennett en Diálogo (Editado por R. Stewart. Publicado por Fortress Press, 2008), Páginas 141-61; John Hare, Is Goodness without God Good Enough? [¿Es Dios lo Suficientemente Bueno] en Is Goodness without God Good Enough? A Debate on Faith, Secularism, and Ethics [¿Es la Bondad Moral sin Dios lo Suficientemente Buena? Un Debate acerca de la Fe, Secularismo y la Etica] (Editado por Nathan King y Robert Garcia; publicado por Rowman & Littlefield, 2008); C. Stephen Evans, Kierkegaard’s Ethic of Love: Divine Commands and Moral Obligations [La Ética del Amor de Kierkegaard: Los Mandamientos Divinos y las Obligaciones Morales] (Oxford: Oxford University Press, 2004).
[16] Citado en el libro de Lewis Wolpert titulado “Six Impossible Things Before Breakfast” [Seis Cosas Imposibles antes del Desayuno] (publicado por Faber & Faber en el 2006), página 215. Desafortunadamente, la referencia de Wolpert está equivocada. La citación parece ser una imitación del libro “Río del Edén: Una Visión Darwiniana de la Vida (publicado por Basic Books en el 1996), página 13 y del Jardín Ultravioleta” Charla 4 de las 7 Charlas de Royal Institution Christmas (1992) http://physicshead.blogspot.com/2007/01/richard-dawkins-lecture-4-ultraviolet.html. Accedido el 11 enero del 2012. Gracias a mi asistente Joe Gorra por localizar esta referencia.
[17] Dawkins, El Espejismo de Dios, 215.
[18] Ibíd., 221.
[19] Ibíd., 251.
[20] Ibíd., 23, 264, 313–17, 326, 328, 330.
[21] Ibíd., 78–79.
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