Otro tema que puso en un dilema a la teoría de Darwin fue la herencia. En el tiempo cuando Darwin desarrolló su teoría, la cuestión de cómo es que los seres vivos transmitían sus características a las siguientes generaciones, es decir, cómo es que la herencia tenía lugar, no estaba completamente entendido. Esta es la razón por la que la cándida idea de que la herencia se transmitía por la sangre, era comúnmente aceptada.
Algunas creencias imprecisas acerca de la
herencia llevaron a Darwin a fundamentar su teoría sobre bases
completamente falsas. Darwin asumió que la selección natural fue “el
mecanismo de la evolución” (o transformismo). Aún así, una cuestión
permanecía sin respuesta: ¿Cómo es que los “rasgos útiles” eran
seleccionados y transmitidos de generación en generación? En este punto,
Darwin adoptó la teoría de Lamarck, esto es, “la herencia de rasgos
adquiridos”. En su libro ‘The great evolution mystery’ (El gran misterio
de la evolución), Gordon R. Taylor, un investigador y defensor de la
teoría de la evolución (transformismo), expresa que la visión de Darwin
estaba fuertemente influenciada por Lamarck:
“La teoría de Lamarck es conocida como la herencia de rasgos adquiridos. Darwin mismo, de hecho, estaba inclinado a creer en que tal herencia ocurría y citó el caso reportado de un hombre que había perdido sus dedos y que posteriormente había procreado hijos sin dedos. Darwin dijo no haber tomado idea alguna de Lamarck, esto es doblemente irónico, pues Darwin repetidamente jugó con la idea de la herencia de rasgos adquiridos, y de una forma terrible, es a Darwin a quien se le debe desacreditar, no a Lamarck. En la edición de 1859 de su trabajo, Darwin se refiere a ‘cambios por condiciones externas’ que causan variaciones, y subsecuentemente estas condiciones son descritas como variaciones directas que cooperan con la selección natural, en su dirección. Con el paso de los años el otorgó mayor influencia al factor del uso y el desuso. En 1868, cuando fue publicada su obra ‘Varieties of animals and plants under domestication’ (Variedades de los animales y las plantas bajo domesticación), el ofreció una serie de ejemplos de la supuesta herencia lamarquiana: así como cuando un hombre pierde una fracción de uno de sus dedos, todos sus hijos nacerán con dedos incompletos y deformados; y los niños, que debido a las constantes circuncisiones de generación en generación, nacerán con prepucios cada vez más cortos”. [3]
Sin embargo, la tesis de Lamarck, como
hemos visto arriba, fue desaprobada por las leyes de herencia genética,
descubiertas por el monje y botánico, Gregorio Mendel. El concepto de
“rasgos útiles” (useful traits), por consiguiente, no tenía fundamento.
Las leyes de la genética demostraron que los rasgos adquiridos no son
transmitidos, y que la herencia según la genética toma lugar de acuerdo a
ciertas leyes inflexibles. Estas leyes apoyaron la idea de que las
especies permanecían sin grandes cambios. No importa cuántas vacas haya
observado Darwin, durante su crianza, esta especie permanecía sin
cambios radicales, las vacas siempre fueron vacas.
Gregorio Mendel anunció sus leyes de la
herencia genética que descubrió como resultado de un largo experimento y
observación, en un tratado científico publicado en 1865. Pero este
tratado sólo atrajo la atención del mundo científico hacia el final del
siglo. A principios del siglo XX, la verdad de estas leyes ya habían
sido aceptadas por la comunidad científica. Esto representó un callejón
sin salida para la teoría de Darwin, la cual trataba de fundamentarse en
el concepto lamarquiano de los “rasgos útiles”.
Aquí debemos hacer una corrección hacia
un enfoque popular impreciso: la teoría de Mendel no sólo se opuso al
modelo de Lamarck sino también al modelo evolucionista (transformista)
de Darwin, como el artículo ‘Mendel’s Opposition to Evolution and to
Darwin’ (La oposición de Mendel hacia la evolución y Darwin), publicado
en el ‘Journal of Heredity’, lo aclara, “Mendel estaba familiarizado con
‘El origen de las especies’, y se opuso a la teoría de Darwin. Darwin
había disputado mediante su “descendencia con modificaciones” a través de la selección natural, Mendel estaba a favor de la doctrina ortodoxa de la creación”. [4]
Las leyes descubiertas por Mendel
pusieron al darwinismo en una muy difícil posición. Por estas razones,
los científicos que apoyan el darwinismo trataron de desarrollar un
modelo diferente al de la evolución (transformismo) en el primer cuarto
del siglo XX. Naciendo así el Neodarwinismo.
.
.
Un grupo de científicos quienes estaban
resueltos a reconciliar al darwinismo con la ciencia genética de una
forma u otra, se reunieron y organizaron en la ‘Geological Society of
America’ (Sociedad Geológica Estadounidense, en adelante GSA), en 1941.
Después de una larga discusión, ellos acordaron las formas para crear
una nueva reinterpretación del darwinismo, durante los próximos años,
muchos especialistas produjeron síntesis en sus propios campos, hacia
una revisión de la teoría de la evolución (transformismo).
Los científicos quienes participaron en
el establecimiento de la teoría darwinista dentro de la genética,
incluyen a los genetistas G. Ledyard Stebbins y Theodosius Dobzhansky,
al zoólogo Ernst Mayr y Julian Huxley, los paleontólogos George Gaylord
Simpson y Glenn L. Jepsen, y los matemáticos y genetistas Sir Ronald A.
Fisher y Sewall Wright. [5]
Para contrarrestar el hecho de la
“estabilidad genética” (genetic homeostasis -homeóstasis genética-),
este grupo de científicos emplearon el concepto de “mutación”, el cual
había sido propuesto por el botánico holandés Hugo de Vries, a
principios del siglo XX. Las mutaciones serían defectos que ocurren, por
causas desconocidas durante el mecanismo de herencia en los seres
vivos. Los organismos que mutan desarrollan estructuras inusuales, las
cuales se desvían de la información genética que heredaron de sus
padres. El concepto “mutación aleatoria” supuestamente proveería la
respuesta a la cuestión del origen de las variaciones ventajosas, las
cuales causaban que los organismos vivos evolucionaran (se
transformaran), según la teoría de Darwin, un fenómeno que el mismo
Darwin era incapaz de explicar, y que simplemente trató de esquivar
haciendo referencia a Lamarck. El grupo de la GSA nombró a su nueva
teoría “synthetic theory of evolution” (teoría sintetizada de la
evolución o síntesis moderna), la cual fue formulada agregando el
concepto de mutación a la selección natural, de la tesis de Darwin. En
poco tiempo, esta teoría llegó a ser conocida como “Neodarwinismo” y
sus promotores neo darwinistas.
Los arquitectos del neodarwinismo: Theodosius Dobzhansky, Ernst Mayr y Julian Huxley. |
No obstante lo anterior, existía un serio
problema: Era verdad que las mutaciones cambiaban la información
genética de los seres vivos, pero este cambio siempre ocurría en
detrimento del ser viviente en cuestión. Todas las mutaciones observadas
terminaron con desfiguraciones, debilidades y enfermedad de los
individuos, algunas veces, llevaron a la muerte de los organismos. Por
lo tanto, en un intento de encontrar ejemplos de “mutaciones útiles” que
mejorarían la información genética de los seres vivos, los neo
darwinistas condujeron varios experimentos y observaciones. Por décadas,
ellos llevaron a cabo experimentos con mutaciones de moscas de la fruta
y varias otras especies. Sin embargo, en ninguno de tales experimentos
se pudo obtener una mutación que mejorase la información genética de los
seres vivos observados.
Actualmente, el tema de la mutación
todavía representa un obstáculo mayor para el darwinismo. A pesar del
hecho de que la teoría de la selección considera las mutaciones como la
única fuente de los “cambios útiles”, no se han observado ninguna clase
de mutaciones que se consideren realmente útiles, esto es, que mejoren
la información genética…
Otro obstáculo para los neo darwinistas
viene del registro fósil. Incluso en el tiempo de Darwin, los fósiles ya
habían supuesto un importante obstáculo para su teoría. Mientras que
Darwin aceptaba la falta de fósiles de “especies intermedias” (o de
transición), también predecía que la investigación futura podría proveer
la evidencia de estas formas transicionales faltantes. Sin embargo, a
pesar de los esfuerzos de los paleontólogos, el registro fósil continuó
siendo un serio obstáculo para la teoría. Uno por uno, conceptos como
“órganos vestigiales”, “recapitulación embriológica” y “homologación”
perdieron cualquier significado a la luz de los nuevos descubrimientos
de la ciencia…
.
.
Tan sólo hemos realizado un breve resumen
sobre los principales obstáculos del darwinismo, desde el día de su
fundación. Ahora comenzaremos a analizar las enormes dimensiones de su
estancamiento. Al realizar esto, nuestra intención es dejar en claro que
la teoría de la evolución (transformista), no es, de ninguna manera,
una verdad indiscutible de la ciencia, como muchas personas asumen o
tratan de imponen a otros. Por el contrario, existe una evidente
contradicción cuando la teoría de la evolución (transformista) es
comparada con descubrimientos formales de la ciencia y en campos tan
diversos como el origen de la vida, la genética poblacional, anatomía
comparativa, paleontología y bioquímica. En pocas palabras, la teoría de
la evolución (transformista), está en crisis.
Existe una descripción del Prof. Michael
Denton, bioquímico australiano y renombrado crítico del darwinismo, en
su libro ‘Evolution: A Theory in Crisis’ (Evolución: una teoría en
crisis) de 1985, donde él examina la teoría a la luz de diferentes ramas
de la ciencia, y concluye que la teoría de la selección natural está
muy lejos de proveer una explicación a la vida del planeta [6]. La
intención de Denton al ofrecer su crítica, no es mostrar la veracidad o
ventaja de alguna otra teoría, sino comparar el darwinismo con los
hechos de la ciencia. Durante las dos últimas décadas, muchos otros
científicos han publicado trabajos cuestionando la validez de la teoría
darwinista de la evolución (transformismo)…
.
[1] H. S. Lipson, “A Physicist’s View of Darwin’s Theory”, Evolution Trends in Plants, vol.2, No. 1, 1988, s. 6.
[2] Sidney Fox, Klaus Dose. Molecular Evolution and The Origin of Life. New York: Marcel Dekker, 1977. s. 2
[3] Gordon Rattray Taylor, The Great Evolution Mystery, London: Abacus, 1984, s. 36- 41
[4] B.E. Bishop, “Mendel’s Opposition to Evolution and to Darwin,” Journal of Heredity 87 (1996): s. 205-213; ayrýca bkz. L.A. Callender, “Gregor Mendel: An Opponent of Descent with Modification,” History of Science 26 (1988): s. 41-75.
[5] Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis. London: Burnett Books, 1985
[6] Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis, Burnett Books, London, 1985.
Publicar un comentario