Intentando de derrotar la veracidad de Biblia, he encontrado a muchos que utilizan algún argumento parecido a este:
“Si yo pudiese creer en una serpiente que habla, entonces pudiese creer que la Biblia es cierta.”
Pregunta del famoso blog ateismoparacristianos.blogspot.com:
¿Se podría creer lo que la Biblia dice de
 la historia, lo que menciona sobre Jesús y otras cosas cuando contiene 
partes que describen a animales que hablan?
Respuesta: 
Tomando la Biblia Literalmente
La manera correcta de interpretar la Biblia es en su sensis literalis
 – o en su sentido literal. ¿A qué me refiero con esto? Que la Biblia se
 debe interpretar, literalmente, en su interpretación 
Literal-Gramática-Histórica, cuyo propósito es encontrar el significado 
de cada pasaje bíblico tal y como fue intencionado por el autor 
original, lo que los lectores originales hubiesen entendido y tomando en
 cuenta las reglas de interpretación del género literario en el cual se 
escribió el pasaje.
Una vez el Cristiano afirma esta 
interpretación literal del texto, inmediatamente surgen las preguntas de
 los escépticos: “Si eso que dices es cierto, entonces Jesús es – 
literalmente – una puerta, porque en Juan 10:9 Él dijo: ‘Yo soy la 
puerta.'”
Desafortunadamente, este tipo de argumento es erróneo de varias formas. Primero, comete la falacia argumentativa de reductio ad absurdum.
 Éste error de pensamiento se comete cuando se ridiculiza un argumento 
porque es, supuestamente, absurdo, pero no presenta evidencia en contra 
del argumento en sí, ni de por qué es absurdo.
Pero, más importantemente, el escéptico 
ignora el uso de los diferentes géneros literarios que utiliza la Biblia
 (como poesía, narrativo, enseñanzas didácticas, et cétera) y técnicas 
literarias de la misma forma que otra literatura lo hace. Éstos métodos 
no le restan a una lectura literal de la Biblia, sino que le añaden 
profundidad al texto. Algunas de las prácticas más comunes que se 
encuentran en la escritura incluyen:
Lenguaje Fenomenológico – describir cosas de a diario en un lenguaje común. (Ejemplo: “Y cuando el sol se iba a poner, mandó Josué[…]” [Josué 10:27])
Hipérbole – una obvia e intencional exageración (o disminución) para expresar un punto. (Ejemplo: “Mirad, el mundo se va tras él.” [Juan 12:19])
Metáfora – Aplicación
 de una palabra o de una expresión a un objeto o a un concepto, al cual 
no denota literalmente, con el fin de sugerir una comparación (con otro 
objeto o concepto) y facilitar su comprensión. (Ejemplo: “Porque el 
nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. Él es la Roca. [Deuteronomio 32:3-4])
Antropomorfismos
 – cosas atribuyen a la divinidad la figura o las cualidades del hombre u
 otros elementos no divinos. (Ejemplo: “Yo habitaré en tu tabernáculo 
para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de tus alas.” [Salmo 61:4])
Personificación – atribuirle un carácter o naturaleza personal a algo inánime o noción abstracta. (Ejemplo: “[…]los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo darán palmadas de aplauso.” [Isaías 55:12])
Simbolismo
 – elude nombrar directamente los objetos o conceptos y prefiere 
sugerirlos o evocarlos. (Ejemplo: Y me volví para ver la voz que hablaba
 conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro[…]” [Apocalipsis 1:12])
Éstas técnicas literarias no evitan la lectura de la Biblia en su sensis literalis
 y el escéptico intelectualmente honesto entiende esta parte. Pero, ¿qué
 hacemos cuando algún narrativo bíblico parece muy fantástico y opuesto a
 nuestra experiencia a diario – como, por ejemplo, un animal hablando en
 lenguaje humano? ¿Cómo uno interpreta la Biblia entonces?
La Serpiente en el Edén
El narrativo encontrado en Génesis 3 sobre una serpiente que habla y la caída del hombre es tanto literal como  arquetípico.
Desde el aspecto literal, vemos cómo el pecado entró en la humanidad a través de los primeros humanos.
Desde el aspecto arquetípico, el texto de
 Génesis 3 nos enseña cómo la tentación ocurre constantemente en la 
experiencia humana y que los Cristianos no deben ignorar las 
maquinaciones del enemigo (2 Corintios 2:11).
Pero ese enemigo, ¿verdaderamente habló a través de una serpiente?
No es difícil pensar que sí.
La razón es porque las consecuencias del 
evento se ven todavía: hay pecado en el mundo y el hombre está separado 
de Dios. Algunos piensan que fue un hecho literal, otros (como el 
filósofo y estudioso en literatura C.S. Lewis) entienden que el relato 
de la Creación fue dado por Dios al estilo de fábula, para que 
pudiésemos entender lo que Dios estaba tratando de decir: que el mundo 
está como está por culpa del pecado que entró en él.
La realidad es que, dada la existencia de
 un Ser sobrenatural, no sería ilógico implicar eventos sobrenaturales, 
incluyendo serpientes que hablan, asnas que sostienen conversaciones 
(pienso que “Shrek” se copió de Balaam) y… un carpintero judío que se 
levanta de los muertos.
Sin embargo, estas cosas no son 
experimentadas con frecuencia. El error está en pensar que tenemos que 
rechazarlas de antemano como falsas sin ningún tipo de razón. Eso se 
llama prejuicio – y no tiene lugar en un debate intelectual.
Por esta razón pienso que el escéptico 
incorpora su prejuicio anti-sobrenatural y sus presuposiciones 
naturalistas en sus lecturas Bíblicas. Entonces, encerrados en su 
parcialidad, los milagros son imposibles y como la Biblia contiene 
eventos milagrosos, la Biblia se vuelve imposible de creer.
Pero, ¿y si Dios existe? Como mencioné: 
si Dios existe, entonces no estaría lejos de la realidad que sucedieran 
cosas sobrenaturales.
En toda honestidad, una serpiente que 
habla es mucho menos milagroso que lo que se piensa de que la vida en 
nuestro planeta surgió de la nada, dado el universo como se conoce y las constantes cosmológicas necesarias para que la vida pudiese surgir. Pensar que un asna hable cuesta menos que pensar que la información dentro del ADN surgió por su propia cuenta.
Hay muchísimos eventos asombrosos que son increíbles de creer, pero ciertos.
Por lo tanto, pienso que el dilema no es 
si una serpiente o un asna puede hablar. El dilema está en la pregunta 
de que si un Dios sobrenatural existe. Si hay evidencias de que un Dios 
sobrenatural existe, pensar que una serpiente habló es nada.
Esa es la pregunta que el escéptico debe 
buscar contestar, en vez de utilizar serpientes que hablan como excusa 
para no tener una verdadera conversación.
En fin, haya sido literal o metafórico, 
la evidencia de que sí ocurrió lo que ocurrió en el Edén está presente: 
el pecado entró al mundo. En otras palabras: aunque, tal vez, no  se 
sepa con exactitud cómo pasó, sabemos con exactitud qué pasó – y ese es el punto.
Por lo tanto, se puede confiar en el mensaje redentor de la Biblia.
Más adelante estaré escribiendo articulos de "Decodificando el Genesís" 
 
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