Uno de los retos más comunes al Cristianismo tiene que ver con la enorme cantidad de religiones en el mundo. Muchos argumentan que es arrogante pensar que el Cristianismo es la única correcta entre tantas. Otros piensan que el hecho de que hay tantas religiones significa que ninguna es correcta.
Entonces, ¿cómo podemos saber cuál es la correcta? ¿Cómo yo sé que el Cristianismo es la verdad?
No hay duda de que el número de
diferentes religiones en el mundo presenta un desafío para saber cuál es
la correcta. Primero, consideremos algunas opiniones sobre todo el tema
y luego veamos cómo podemos abordar el tópico de manera en que
realmente podamos llegar a una verdad y a la correcta conclusión acerca
de Dios. El reto de diferentes respuestas para un tema en particular no
es exclusivo del campo de la religión. Por ejemplo, tú puedes sentar a
100 estudiantes de matemáticas, darles a resolver un complejo problema y
es casi seguro que muchos obtendrán la respuesta equivocada. Pero
¿significa esto que no exista la respuesta correcta? Para nada. Aquellos
que obtienen una respuesta equivocada, simplemente necesitan que se les
muestre su error y se les enseñen las técnicas necesarias para llegar
al resultado final correcto.
El mundo también tiene gran variedad de
sistemas políticos, bajo los que mucha gente vive, creyendo que su forma
de gobierno es la correcta o la mejor manera de llevar a cabo el orden
social. Sin embargo, aunque muchos de ellos hayan crecido bajo ciertos
regímenes políticos y hayan sido fuertemente adoctrinados en las
creencias de dichos sistemas, aún tienen la capacidad para reconocer las
fallas de ciertas formas de gobierno (por ejemplo, el fascismo) y ver
que otros sistemas son ‘mejores’ (por ejemplo, la democracia). Ellos lo
hacen al examinar los hechos y considerar las diferencias importantes.
La capacidad para discernir se vuelve muy importante en el área de la
religión y en todas las facetas de la vida. Tomás de Aquino, un hábil
teólogo que vivió en los años 1200 d.C., remarcó una vez: “La tarea del
filósofo es hacer distinciones.”
¿Cómo llegamos a la Verdad acerca de Dios?
Hay muchas otras áreas de la vida en las
que encontramos diferentes respuestas al planteamiento de un dilema en
particular. Pero esto, por supuesto, nos conduce a la pregunta: “¿Cómo
llegamos a la verdad acerca de Dios?”
Llegamos a las deducciones apropiadas
acerca de Dios de la misma manera que lo hacemos acerca de cualquier
otra cosa: usamos la metodología sistemática que está designada para
separar la verdad del error mediante la aplicación de varias pruebas
para encontrar la verdad. Así obtenemos como resultado final un conjunto
de conclusiones correctas. Tal enfoque sólo tiene sentido si se aplica
de la manera en que es usado diariamente en otras disciplinas. ¿Puedes
imaginarte los resultados finales a los que llegaría un científico, si
entrara al laboratorio y comenzara a mezclar diferentes cosas a tontas y
a locas sin razón alguna? ¿O si un médico comenzara a tratar a un
paciente sólo con medicinas hechizas, en la esperanza de que le
surtieran buen efecto? Ni el científico ni el médico optarían por tales
métodos; en lugar de ello, utilizan métodos sistemáticos que son
metódicos, lógicos, probatorios, palpables y comprobables para producir el
resultado final correcto.
Siendo éste el caso, ¿por qué pensar que
la teología — el estudio de Dios – deba ser diferente? ¿Por qué creer
que puede ser enfocado de una manera fortuita e indisciplinada y aún así
llegar a conclusiones correctas? Pero, desafortunadamente, esta es la
ruta que muchos toman y esta es una de las razones por las que existen
tantas religiones.
Regresemos ahora a la pregunta de cómo
llegar a conclusiones verdaderas acerca de Dios. ¿Cuál método
sistemático deberemos usar? Primero, necesitamos establecer un sistema
para poner a prueba varias afirmaciones de la verdad. Luego, necesitamos
seguir una ruta crítica para llegar a una conclusión correcta. Un buen
sistema para usar es el siguiente:
1. Consistencia lógica
Esto prueba si un
sistema de creencia que ha asegurado ser lógicamente coherente entre sí,
y que no se contradice de ninguna manera, realmente lo es o no. Por
ejemplo, la meta final del budismo es desprenderse uno mismo de todos
los deseos. Sin embargo, uno debe tener el deseo de desprenderse de
todos los deseos, lo cual es un principio contradictorio e ilógico.
2. Suficiencia empírica
Esto simplemente
plantea la pregunta: ¿existe evidencia que respalde el determinado
sistema de creencia? (ya sea que la evidencia sea racional, etc.)
Naturalmente, sólo es correcto querer comprobarlo cuando se trata de
afirmaciones importantes, siendo realizado para que tales aserciones
puedan ser verificadas. Un ejemplo de esto lo encontramos en el
Mormonismo. Los mormones enseñan que Jesús vivió en Norte América y que
las grandes ciudades existieron antes que la nación fuera colonizada.
Sin embargo, no existe prueba arqueológica alguna o evidencia que apoye
tal aseveración.
3. Relevancia existencial
Esto establece si el
sistema de creencia concuerda con la realidad como la conocemos y si
hace una significativa diferencia en la vida de aquel que se adhiere a
él. Por ejemplo el Deísmo, asegura que Dios solo echó a girar al mundo
dentro del universo y no interactúa o cuida para nada de aquellos que
viven en él. ¿De qué manera impacta tal creencia a alguien en la vida
cotidiana? Concretamente, no lo hace. [Nótese la manera en que el
‘cuidar’ debe ser tomado aquí – sólo porque algo no le importe a un
individuo, no significa que sea falso.]
Cuando es aplicado al tópico de la
religión, los resultados producidos por el sistema antes mencionado
ayudarán a llevarnos a una correcta perspectiva de Dios y responderá a
los cuatro grandes cuestionamientos de la vida:
- Origen – ¿de dónde vinimos?
- Ética – ¿cómo debemos vivir?
- Significado – ¿cuál es el propósito de la vida?
- Destino – ¿hacia dónde se dirige la humanidad?
Pero, ¿de qué manera práctica aplica uno
este sistema en la búsqueda de Dios? Hay una variedad de formas para
hacerlo, pero una de las mejores tácticas a emplear, es el método paso a
paso de pregunta/respuesta. Reduciendo la lista de posibles preguntas
en la búsqueda de la pregunta clave, uno encuentra las siguientes:
- ¿Existe la verdad absoluta?
- ¿Se mezclan la razón y la religión?
- ¿Existe Dios?
- ¿Puede Dios ser conocido?
- ¿Jesús es Dios?
- ¿Le importo a Dios?
En un artículo tan corto como este, es
imposible profundizar lo suficiente en cualquiera de los puntos
anteriores, pero puede hacerse un análisis superficial para mostrar cómo
cada pregunta paso a paso invalida los sistemas de creencia y opiniones
mundiales para que la verdad acerca de Dios pueda ser comprendida.
La Verdad Absoluta
Primero, necesitamos saber si existe la verdad absoluta.
Si no existe, entonces realmente no podemos estar seguros de nada (ya
sea algo espiritual o no) y terminamos ya sea como agnósticos
(desconociendo si tú puedes conocer realmente algo) o como pluralistas
(aceptando cada postura porque verdaderamente no estamos seguros de
cuál, si es que la hay, sea la correcta).
La verdad absoluta suele definirse como
la conformidad existente entre lo que se expresa y la situación real de
algo o el concepto real que se tiene acerca de un tema. Algunos dicen
que no hay tal cosa como la verdad absoluta, pero el tomar esa postura
resulta contraproducente. Por ejemplo, el relativista dice: “Toda verdad
es relativa,” entonces nadie debe preguntar: ¿es esta declaración
absolutamente verdadera? Si lo es, entonces la verdad absoluta existe;
si no, ¿por qué considerarla? El postmodernismo afirma que no hay
verdad, sin embargo afirma al menos una verdad absoluta: el
postmodernismo es la verdad. Podemos ver como todos ellos traicionan su
propia postura. Al final, la verdad absoluta se vuelve innegable.
Más aún – y es importante entender esto –
la verdad absoluta es rígida por naturaleza y excluye a sus opuestos.
Dos más dos es igual a cuatro y sólo cuatro. Ninguna otra respuesta es
posible. Este punto se vuelve crítico al comparar los diferentes
sistemas de creencias y opiniones mundiales. Si un sistema de creencias
tiene componentes que están comprobados como verdaderos, entonces
cualquier sistema de creencia que compita con afirmaciones contrarias
debe ser falso. También debemos tener en mente que la verdad absoluta no
es impactada por la sinceridad y el deseo. Sin importar cuán
sinceramente alguien adopte una mentira, aún así sigue siendo una
mentira. Y ningún deseo en el mundo puede hacer algo verdadero de algo
falso. Alguien puede revelar en la adoración de una deidad que ellos
pueden llamar ‘la diosa del pétalo de rosa’ y creer sinceramente que tal
ser existe, pero cuando la existencia de esa deidad es investigada y
probada como falsa, sería tonto continuar adorando tal cosa. Tan duro
como pueda sonar, una de las definiciones de ‘loco’ es perder el
contacto con la realidad.
La conclusión a alcanzar de la pregunta
uno es que la verdad absoluta sí existe. Siendo este el caso, resulta
que el agnosticismo (la forma que dice que tú no sabes la verdad), el
postmodernismo, el relativismo, y el escepticismo todas ellas sostienen
falsas posturas.
Razón y Religión
Esto nos lleva a la siguiente pregunta de
si la razón/lógica puede ser usada en asuntos de religión. Algunos
dicen que esto es imposible, pero la pregunta es – ¿por qué no? La
verdad es que la lógica es vital cuando examinamos las declaraciones
espirituales. ¿Por qué? Te ayuda a entender por qué algunas afirmaciones
deben ser excluidas y otras aceptadas. La lógica es absolutamente
crítica para desmantelar el pluralismo (el cual dice que toda verdad
declarada, aún aquellas que se oponen entre sí, son iguales y válidas).
Por ejemplo, el Islam y el Judaísmo
aseguran que Jesús no es Dios, mientras que el Cristianismo asegura que
Él sí lo es. Una de las leyes centrales de la lógica es la Ley de la
No-Contradicción. Ésta dice que algo no puede “ser” y “no ser” algo al
mismo tiempo y en el mismo sentido. Así que aplicando esta ley a las
declaraciones del Judaísmo, el Islam y el Cristianismo significa que una
está bien y las otras dos están equivocadas. Jesús no puede ser al
mismo tiempo Dios y no Dios. Utilizada apropiadamente, la lógica es una
potente arma en contra del pluralismo, porque demuestra claramente que
las verdades contrarias no pueden ser ambas verdad. Este entendimiento
derriba toda la mentalidad de “es la verdad para ti pero no para mí.”
Por ejemplo, Jesús no puede ser Dios para una persona y no Dios para
otra – o Él es Dios o no lo es, punto.
La lógica también disipa toda la analogía
del “todos los caminos llevan a Dios” usada por los pluralistas. La
lógica muestra que cada sistema de creencia tiene su propio conjunto de
señales que apuntan a sitios radicalmente diferentes. La búsqueda de la
verdad es bien ilustrada con un laberinto: un camino encuentra su ruta
hasta la verdad, mientras que todos los demás llegan a callejones sin
salida. Todas las creencias pueden tener superficialmente algunas
similitudes, pero difieren grandemente en el corazón de sus doctrinas. La importancia está en las diferencias.
La conclusión es que se puede (y se debe)
usar la razón y la lógica en asuntos de religión. Que siendo el caso,
el pluralismo es descartado porque es ilógico y contradictorio creer que
dos afirmaciones de verdades diametralmente opuestas puedan ser ambas
válidas.
¿Dios Existe?
En seguida viene la gran pregunta:
¿Existe Dios o no? Si no, entonces terminas como un ateísta y un
naturalista. Mientras que han sido escrito volúmenes y se han propagado
debates a través de la historia sobre esta pregunta, en realidad no es difícil de contestar.
Dadas las pruebas en el enlace anterior,
el hecho de que exista UN Dios automáticamente descarta las posturas
Panteístas, que dicen que el universo es Dios y es eterno. Las creencias
tales como el Hinduismo, el Budismo, el Jainismo son todas descartadas
como sistemas de creencia válidos, dado a que existe un Dios aparte de
lo natural.
Más aún, aprendemos algunas cosas interesantes acerca de este Dios quien creó el universo. Aprendemos que Él es:
- Sobrenatural (porque Él existe aparte de Su creación)
- Increíblemente poderoso (habiendo creado todo lo que se conoce)
- Eterno (auto-existente puesto que Él existe aparte del tiempo y el espacio)
- Omnipresente (Él creó el espacio y no está limitado por él)
- Infinito e inmutable (Él creó el tiempo)
- Inmaterial (porque Él trasciende el espacio y lo físico)
- Personal (lo impersonal no puede crear una personalidad)
- Necesario (porque todas las cosas dependen de Él)
- Infinito y único (porque no puedes tener dos infinitos)
- Diverso y sin embargo tiene unidad (como naturaleza demuestra diversidad)
- Omnisciente (sumamente, para haber creado todas las cosas)
- Determinante (porque deliberadamente creó todas las cosas)
- Moral (ninguna ley moral como la que tiene el mundo, puede obtenerse sin un dador)
- Cuidadoso (o no hubiera dado ninguna ley moral)
Este Ser descrito exhibe características
muy similares al Dios del Judaísmo, Islamismo, y Cristianismo.
Curiosamente, éstas son las únicas creencias centrales que permanecen en
pie.
Un Dios Conocido
Esto entonces, nos lleva a la siguiente
pregunta: ¿podemos conocer a Dios? En este punto, necesitamos que la
religión sea reemplazada por algo más importante – la necesidad de
revelación. Si la humanidad debe conocer bien a este Dios, depende de
Dios revelarse a Sí Mismo a Su creación. El Judaísmo, Islamismo, y el
Cristianismo todas aseguran tener un libro que es la revelación de Dios
al hombre, pero la pregunta es: ¿cuál (si es que alguna) es realmente
verdadera?
Poniendo de lado las pequeñas
diferencias, las dos áreas centrales en disputa son (1) el Nuevo
Testamento de la Biblia (2) la persona de Jesucristo. El Islam y el
Judaísmo aseguran ambos que el Nuevo Testamento de la Biblia es falso en
lo que asegura, y ambos niegan que Jesús es Dios encarnado, mientras
que el Cristianismo afirma que ambas cosas son verdad.
Sin embargo, el Nuevo Testamento es increíblemente viable.
No es una vana jactancia el decir que no hay fe en el planeta que pueda
igualarse a las impresionantes cantidades de evidencia que existen para
el Cristianismo. Desde el voluminoso número de antiguos manuscritos
(5,000+), hasta los documentos históricos que datan de fechas tempranas y
que fueron escritos durante la época en que vivieron los testigos
oculares (algunos de sólo 15 años después de la muerte de Cristo), a la
multiplicidad de relatos que fueron registrados (nueve autores en 27
libros del Nuevo Testamento), a la evidencia arqueológica que ha sido encontrada
– ninguna de las cuales jamás ha contradicho una sola de las
afirmaciones que ha hecho el Nuevo Testamento – hasta el hecho de que
los apóstoles llegaron hasta su muerte asegurando haber visto actuar a
Jesús, y que Él regresó de la muerte.
El Cristianismo expone los hechos en
términos de proporcionar la evidencia y la prueba que respaldan sus
afirmaciones. La autenticidad histórica del Nuevo Testamento – la
afirmación que transmite un relato real de los eventos reales, tal como
ocurrieron – es la única conclusión correcta a que se llega una vez que
todas las evidencias han sido examinadas.
En cuanto a Jesús, uno encuentra algo muy
curioso acerca de Él – Él aseguró ser Dios encarnado. En las propias
palabras de Jesús (“Antes que Abraham fuese, YO SOY”), Sus hechos
(perdonando pecados, aceptando nueve veces la adoración), Su vida
milagrosa y sin pecado (la cual el usó para probar que Su verdad se
sostenía sobre las afirmaciones contrarias), y Su resurrección. Todo
esto respalda su afirmación de ser Dios. Los escritores del Nuevo
Testamento también afirman este hecho una y otra vez en sus escritos.
Como ya aprendimos, dos verdades que
compiten asegurando cada una ser verdadera, no pueden estar ambas en lo
correcto. Así que cualquier cosa en el Corán islámico o escritos del
Judaísmo que contradicen la Biblia no pueden ser la verdad. De hecho,
tanto el Islam como el Judaísmo se derrumban al decir ambas que Jesús no
es Dios encarnado, pero la evidencia dice lo contrario. Y porque
podemos realmente conocer a Dios (porque Él se ha revelado a Sí Mismo al
hombre, tanto en Su Palabra escrita como en Cristo), todas las formas
de agnosticismo son refutadas.
Por último otra gran pregunta de la vida
es respondida – la de la ética – porque la Biblia contiene claras
instrucciones sobre cómo debe vivir la humanidad.
Finalmente, esta misma Biblia, proclama
que Dios se preocupa profundamente por la humanidad y desea que todos lo
conozcan íntimamente. De hecho, le importa tanto, que Él se hizo hombre
para mostrarle a Su creación exactamente cómo es Dios. Hay muchos
hombres que han anhelado ser Dios, pero solo existe un Dios que anheló
ser hombre, para poder salvar a aquellos que Él ama profundamente, de
una eterna separación de Él. Noten también que esta conclusión (y el
punto en que Dios se hace un hombre en Cristo), refuta el Deísmo, el
cual dice que Dios no está interesado en los asuntos de la humanidad.
Al final, vemos que la verdad última
acerca de Dios puede ser encontrada y el laberinto de la postura mundial
exitosamente navegado cuando uno se adhiere a un sistema para probar
las diferentes afirmaciones de la verdad y sistemáticamente trabajar a
través de un método de eliminación de las falsedades, para que solo la
verdad permanezca en pie.
El uso las pruebas de la consistencia
lógica, suficiencia empírica, y relevancia existencial, junto al
cuestionamiento de las preguntas correctas, produce verdaderas y
razonables conclusiones acerca de la religión y Dios. Al final, todos
deben concordar en que la única razón para creer algo, es porque es
verdadero – nada más.
Pero tristemente, la creencia verdadera
es una cuestión de la voluntad y sin importar la cantidad de evidencia
lógica que sea presentada, algunos aún elegirán negar al Dios que está
ahí.
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