El
difunto Carl Sagan se quedaría pasmado al ver a los actuales astrónomos
cuestionando la posición «mediocre» de la Tierra.
Algunos
recientes artículos científicos hacen que la Tierra parezca como un lugar
sumamente especial. En Discover Magazine, Nathanial
Scharping presenta la sugerencia de que «la Tierra podría constituir un lugar especial de 1 en 700 trillones».
Esto es una probabilidad de un par de órdenes de magnitud inferior a la
cantidad de estrellas que se estima existen en el universo».
Un nuevo estudio sugiere que hay
alrededor de 700 trillones de planetas en el universo, pero sólo uno como la Tierra. Es una
revelación a la vez hermosa y
terrorífica.
El
astrofísico Erik Zackrisson de la Universidad de Uppsala obtuvo este número con
un modelo computerizado, de modo que podría ser objeto de crítica sobre esta
base. Su artículo, publicado en el servidor arXiv de Cornell anticipando su esperada publicación en la
revista Astrophysical Journal, da por supuestos el Big Bang y los
modelos de evolución estelar, galáctica y planetaria. Incluso en tal caso, sus
conclusiones marcan un sorprendente alejamiento respecto de las típicas
especulaciones cosmológicas acerca de la probabilidad de la existencia de
planetas habitables. Como hay tantas estrellas y planetas ahí fuera, según se
piensa desde los tiempos de Sagan, la vida debe ser cosa común.
Pero, según Zackrisson, la mayoría de los planetas en el universo
no deberían ser parecidos a la Tierra. Su modelo indica que la existencia
de la Tierra presenta una suave anomalía estadística en la multiplicidad de los
planetas. La mayoría de los mundos predichos por su modelo existen en galaxias
mayores que la Vía Láctea y orbitan alrededor de estrellas con diferentes
composiciones — lo que es un factor importante para determinar las
características de un planeta. Su investigación indica que, desde un punto de vista estrictamente
estadístico, la Tierra quizá no debería existir.
EL
modelo de Zackrisson será seguramente objeto de debates y objeciones. «Sin
embargo», parecía decir con tranquilidad el periodista Scharping, «los
investigadores se sienten confiados en las implicaciones de mayor alcance de su
modelo: la Tierra es más que tu planeta entre tantos otros».
Bob
Yirka trata esta cuestión en PhysOrg. Dice que Zackrisson
es uno de un equipo de cuatro que llegaron a esta conclusión. Parece que parte
de su razonamiento se apoya en la Paradoja de Fermi, que razona que si existen
civilizaciones avanzadas ahí fuera, ¿por qué no nos han visitado todavía?
Si son correctos, los modelos sugieren que la Tierra es mucho más
especial que lo han estado proponiendo otros modelos en los últimos años.
Esto se debe a que se supone que si la
vida comenzó en otros planetas mucho antes que sobre la tierra, debido a que
serían mucho más antiguos, debería haber madurado mucho más allá que nosotros
en la Tierra, hasta el punto que no sólo sería algo detectable para nosotros,
sino probablemente dominante. Pero, como
no hemos visto ninguna señal de otra vida, parece probable que no hay ninguna
allá fuera, o que no está suficientemente cercana, lo que sugiere que la
Tierra es en realidad mucho más
exclusiva que lo que han estado sugiriendo otros modelos recientes. El
modelo también sugería que la mayor parte de exoplanetas existen probablemente
en galaxias de mucho mayor tamaño que la Vía Láctea, y que orbitan alrededor de
estrellas muy diferentes de nuestro sol. Hasta la fecha, los científicos
espaciales han identificado aproximadamente unos 2.000 exoplanetas, claramente
una proporción muy pequeña de la cantidad total si vamos a considerar que el
nuevo modelo es preciso.
Debido
a que esta conclusión contradice el «Principio Copernicano» que ha llegado a
adquirir la posición de dogma en la cosmología moderna (es decir: que la Tierra
no ocupa ninguna posición de privilegio), va a ser seguramente objeto de recios
debates.
¿Pero
saben los astrónomos cómo se forman los planetas? Space.com publicó extractos
de un diálogo entre astrónomos en la Mesa Redonda de Kavli acerca de esta
cuestión. En una reciente entrada sobre planetas calientes semejantes a Júpiter
(22/2/16) se describía la
exasperación que causaban a los que mantienen modelos de formación planetaria.
En el diálogo de Kavli, encontramos a Ruth Murray-Clay admitiendo que la
acreción de cualquier planeta
constituye un problema. Con la esperanza de que un exoplaneta recientemente
avistado pueda arrojar luz sobre la acreción, dice: «Es muy difícil modelar este proceso de manera teórica, en parte porque
simplemente no sabemos cómo sucede la
acreción en discos jóvenes y hasta formar planetas». El artículo confiesa
también que los modelos de acreción de núcleos son problemáticos para explicar
gigantes gaseosos en cualquier ubicación, sea en órbitas cerradas cerca de sus
estrellas (Jupíteres calientes) o en órbitas distantes. Un texto a una figura
dice: «En general, quedan en pie muchas
cuestiones acerca de cómo, dónde y
cuándo surgen los planetas alrededor
de las estrellas».
El
panel concluía con expresiones de confianza en el Principio Copernicano, y atribuía
nuestra falta de conocimiento acerca de la formación de los planetas a que la
ciencia exoplanetaria se encuentra en su infancia. Sin embargo, no puede
excluirse la singularidad de la Tierra.
Muchos de nosotros,
naturalmente, somos conducidos a cuestiones
acerca de los planetas de características terráqueas. ¿Cuán comunes son? ¿Cuán detectables podrían ser? ¿Podemos verlos?
Los teóricos de la formación de planetas como Ruth están tratando de comprender
si los planetas de características
terráqueas son en último término algo común o más bien excepcional, y si
nuestro Sistema Solar es excepcional, o si hay un montón de otros parecidos
allá fuera.
Naturalmente,
las especulaciones acerca de hábitats alienígenas no se han refrenado. Steven
J. Dick ha publicado un nuevo libro sobre el tema con toda la lista de
argumentos usuales (ver la reseña en Astrobiology Magazine). Space.com expandía el ámbito
de investigación a «exolunas» alrededor de exoplanetas, completándolo con
referencias a películas de Hollywood acerca de los Ewoks de Endor y de los
Na’vi de Pandora. Pero se debe recordar que para abrigar vida se precisa de
algo más que de un planeta de tamaño adecuado en una ubicación adecuada. Un comunicado de prensa de Harvard observa que los
planetas de tipo terráqueo necesitarán tener interiores también de tipo
terráqueo. Y Becky Oskin en Live Science observa que la
vida alienígena sería vulnerable a efectos de invernadero en sus mundos
(pensemos en Venus). Esta clase de calentamiento es tan potente como la
proximidad al sol. Dado un incremento en dióxido de carbono, «Un planeta como
la Tierra pasará eventualmente a un clima muy cálido, y esto sucederá de manera
relativamente abrupta», decía un investigador.
Por
otra parte, se necesitan otros mecanismos protectores, como un campo magnético
de larga duración (véase Nature Communications) y Cinturones de
Van Allen (PhysOrg). También un
exceso de bombardeos puede arruinar la vida alienígena (PhysOrg). Otro factor que
a menudo no se considera es cómo contribuye la vida microbiana a la
habitabilidad de un planeta (Evolution News & Views). Esto generaría
un dilema como el del huevo y la gallina: para ser habitable, un planeta podría
tener que estar ya habitado (6/06/14).
National Geographic daba una lista de
cinco misterios cósmicos que los científicos todavía tienen la esperanza de
resolver. Tres de los cinco se refieren a la habitabilidad y a los habitantes:
n.º 3, «¿Estamos solos?»; n.º 4, «¿Dónde está todo el mundo?»; y n.º 5, «¿Está
solo nuestro universo?» Este último deja atrás la ciencia, como admite Michael
Greshko:
Del mismo modo que la Tierra parece improbablemente amistosa
hacia la vida, algunos aspectos fundamentales del universo tienen unos valores sospechosamente ajustados —un
patrón que recibe el nombre de el
problema de la naturalidad. Aumentemos ligeramente el valor de la energía
oscura, por ejemplo, y el universo primitivo se habría expandido demasiado
rápidamente para que las galaxias se hubieran mantenido juntas.
Sin embargo, el tamaño abrumador
del universo prácticamente garantiza la existencia de planetas de tipo
terráqueo, como cuestión probabilística. Siguiendo esta línea de razonamiento, algunos
físicos razonan que, igual que la Tierra entre los planetas, también nuestro
universo es uno entre una cantidad innumerable de otros —pero que el nuestro
resulta que posee las condiciones que nos permiten existir. En otro caso no estaríamos aquí para
estudiarlo y para escribir acerca del mismo.
Los proponentes de este modelo
del multiverso afirman que explica de manera limpia la habitabilidad de
nuestro universo, pero muchos
científicos lo encuentran un irritante ejemplo de razonamiento circular. La prueba o la
refutación de una propuesta tan general está al borde de la filosofía, y en
último término tendrán que afrontar cómo los universos comunes como los
nuestros se comparan con otras variedades.
Por
ahora, parece apropiado inferior dos conclusiones a partir de esos artículos:
(1) la formación de los planetas no se comprende bien, y (2) no se puede
excluir la excepcionalidad de la Tierra desde un criterio científico. La
Paradoja de Fermi sigue en pie: Si la vida extraterrestre es común: ¿dónde están?
Carl Sagan influyó
sobre toda una generación con su visión de la Tierra como un solitario granito
alrededor de una estrella común y corriente en un universo repleto de
extraterrestres. Esta cosmovisión no resiste a unas observaciones cada vez más
extensas. Los astrónomos no pueden explicar la formación de los planetas, la
formación de las estrellas ni la formación de las galaxias, y desde luego son
impotentes para explicar el origen de la vida mediante procesos materialistas.
La Tierra sigue siendo el único lugar conocido en el que se puede encontrar
vida. Sigue habiendo amplia evidencia para respaldar la convicción de que la
vida inteligente sobre la tierra no es meramente especial, sino que es singular
—incluso en un universo con trillones de estrellas. La pretensión de que la
ciencia ha demostrado lo contrario es pura propaganda.
Ejercicio: ¿Por
qué la conclusión de la exclusividad de la Tierra sería «a la vez hermosa y
terrorífica». Piensa en ello. ¿Para quién sería terrorífico? ¿Por qué?
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