Hemos recibido una carta de un ateo que firma como “El loco de Turín” (que es como a veces llamaban al filósofo existencialista ateo Nietzsche) planteándonos con todo interés y respeto algunas serias objeciones a la religión, y más concretamente al cristianismo y a la Biblia. Como los asuntos que plantea son de interés en el frecuente debate actual entre ateísmo y cristianismo, vamos a publicar aquí su carta y nuestra contestación, con la esperanza de que a él le aclare nuestro punto de vista y de que a los demás les permita quizá tener más argumentos cuando se enfrenten a las mismas objeciones.
Los argumentos que él plantea son básicamente cuatro:
1- Puestos a inventarse dioses, el politeísmo o la adoración al Sol tiene más sentido que el monoteísmo.
2- En nombre de Dios se han cometido muchas aberraciones.
3- El Dios de la Biblia a veces es cruel.
4- La Biblia no es un libro fiable porque está lleno de contradicciones y errores.
1- Puestos a inventarse dioses, el politeísmo o la adoración al Sol tiene más sentido que el monoteísmo.
2- En nombre de Dios se han cometido muchas aberraciones.
3- El Dios de la Biblia a veces es cruel.
4- La Biblia no es un libro fiable porque está lleno de contradicciones y errores.
Anunciamos que nuestros argumentos serán rigurosos pero tal vez no muy ortodoxos en opinión de algunos. Sin embargo hemos tenido mucho cuidado en no salirnos de la teología moderna, y tomamos como modelo los argumentos y exégesis del papa emérito Benedicto XVI. Y ya sin más dilación empezamos presentando la carta de nuestro lector.
CARTA
Antes de dar mi punto de vista, acerca de todo esto de la religión, quiero pedir disculpas por haber intervenido en argumentos que no son de mi incumbencia (espero no los incomode). Dicho esto, daré inicio a mi argumentación.
Antes que nada quiero aclarar que hoy en día existen mas de doscientos dioses. Y todos diferentes.
Ahora bien, la creencia de que hay un solo dios (como lo es el dios judío/cristiano/musulmán) o muchos mas es absurda, ya que desde el origen de los tiempos el ser humano siente curiosidad por lo desconocido. Ejemplo de ello podría ser la vida, la muerte, la lluvia, los pájaros (aunque suene hilarante, pero es la verdad), incluso el sol.
En algún momento de nuestra vida nos hemos preguntado cual es el dios autentico (a menos de que en tu caso hayas nacido en un hogar con un dogma establecido, dígase religión). Esto es bastante confuso, ya que varias religiones presentan similitudes entre los dioses de las diferentes culturas. Posiblemente algunas de las siguientes preguntas pudieron haber pasado por tu cabeza al momento de elegir ser adepto de alguna religión:
1) ¿Cual es el verdadero? ¿El mas antiguo en el mercado?
2) ¿O el que tiene mas seguidores?
3) ¿Aquel que posee bastos templos en su honor?
4) ¿El dios que cuenta con mas ejércitos?
5) ¿Acaso sera el mas económicamente poderoso?
6) ¿Como saber cual es el verdadero dios?
2) ¿O el que tiene mas seguidores?
3) ¿Aquel que posee bastos templos en su honor?
4) ¿El dios que cuenta con mas ejércitos?
5) ¿Acaso sera el mas económicamente poderoso?
6) ¿Como saber cual es el verdadero dios?
Ahora bien, hagamos uso de la lógica. Lo mas lógico es que el mas antiguo sea el veraz. ¿Y cual es el dios mas antiguo? ¡Vaya! Resulta sorprendente el percatarse que el dios mas antiguo es el sol. Pero así fue: La tremenda ignorancia de los primitivos sobre el mundo que los rodeaba hizo que volvieran su vista al cielo donde objetos desconocidos aparecían y desaparecían sin explicación alguna, influyendo grandemente sobre la vida de todo, fueran seres humanos, animales, plantas u otras cosas.
El culto al sol y a la luna fue el primero entre casi todos los pueblos de la remota antigüedad: Druidas, Chinos, Aztecas, Egipcios, Japoneses, Malayos, Persas, Hindúes, Asirios, Sumerios, etc..
Al sol le sacrificaban animales y hasta hombres, mujeres y niños con la idea de mantenerlo contento. Pero no solo la luna y el sol eran misterio para los primitivos: también lo era la vida misma, el nacimiento, los animales, los arboles, el aire, el fuego, los ríos, la muerte. No teniendo respuestas, el hombre invento poderes sobrenaturales a todo cuanto le rodeaba: El aire, las aguas, las piedras, los animales, los bosques, el fuego, la lluvia; entre otros muchos.
”TODO LO QUE NO CONOCEMOS ES MILAGROSO”
-Dijo Tácito viendo a la gente creer en los poderes ”sobrenaturales” de los dioses que habían inventado.
-Dijo Tácito viendo a la gente creer en los poderes ”sobrenaturales” de los dioses que habían inventado.
El ser primitivo (osea el hombre) en busca de explicarse todos los acontecimientos que el no podía realizar opto por desarrollar la creencia en lo sobrenatural. Lo chistoso de este asunto es que, los poderes de los dioses creados por el hombre se regían por la habilidad o imaginación que estos poseían. En pocas palabras, los dioses surgieron de la imaginación y necesidad de los hombres.
Ahora, la invención del dios único la hicieron unos Hebreos mil cuatrocientos años a.C., tengo que aclarar que en nombre de ese único dios se han cometido demasiadas aberraciones; que por supuesto se encuentran en la biblia, eso descartando las miles de contradicciones que esta contiene. Ejemplo de ello serian los siguientes versículos:
——————————————–El mundo es plano————————————–
1) Apocalípsis 7:1 – Después de esto, vi a cuatro ángeles de pie en los cuatro extremos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplara viento alguno, ni sobre la tierra ni sobre el mar ni sobre ningún árbol.
En nuestros tiempos sabemos que dicha esfera no tiene extremos (es ridículo que te lo explique). Aclaro que este libro es considerado como un libro literal, que no tiene ninguna interpretación. Los mismos teólogos cristianos lo afirman.
2) Isaías 40:22 – El (dios) es el que esta sentado sobre la redondez de la tierra, cuyos habitantes son como langostas; El es el que extiende los cielos como una cortina y los despliega como una tienda para morar.
Es curioso que el pasaje mencione la palabra redondez y no esfera.
Redondez = circulo = 2D = 2 Dimensiones= figura plana de un circulo, sin volumen. Esfera = figura con volumen y 3 dimensiones; ejemplo: un globo con aire, globo terráqueo, el mismo mundo.
Lo mas hilarante de este verso es que dice que el cielo es como una cúpula.
Redondez = circulo = 2D = 2 Dimensiones= figura plana de un circulo, sin volumen. Esfera = figura con volumen y 3 dimensiones; ejemplo: un globo con aire, globo terráqueo, el mismo mundo.
Lo mas hilarante de este verso es que dice que el cielo es como una cúpula.
———————————————-El mundo no flota en el espacio——————-
1) Job 26:7 – El extiende el norte sobre el vacío, y cuelga la tierra sobre la nada.
2) Job 38:4-6 – ¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. ¿Quién puso sus medidas?, ya que sabes, ¿o quién extendió sobre ella cordel?¿Sobre qué se asientan sus basas, o quién puso su piedra angular?
Suponiendo que Job 26:7 es cierto, seria una contradicción a Job 38:4-6, ya que si el planeta tierra esta colgando de un cordel ¿como puede tener una piedra angular? Porque la piedra angular es un cimiento que sirve para sostener alguna cosa, desde abajo.
Y puedo mencionar algunas de las muchas contradicciones de la biblia, pero me detendré aquí para no hacer de esto algo largo y aburrido de leer.
Muchas gracias por haber tomado en cuenta mi punto de vista. Espero tener contacto para no dejar este tema en el olvido.
El Loco de Turín
RESPUESTA (GRACIAS CHRISTIAN DE CATHOLIC.NET)
CUÁL ES EL DIOS VERDADERO
Tu planteamiento tiene cierta lógica, pero solo desde el punto de vista ateo. Si negamos la existencia de Dios y consideramos que los dioses son un invento del hombre, entonces es lógico considerar que el Dios más “auténtico” (en el sentido de “original”) es el más antiguo y el resto serían evoluciones posteriores a partir de esa idea. En tal caso es muy posible que el dios primigenio fuera el sol.
Siguiendo esa misma lógica y aplicándola a los conocimientos científicos, tendríamos que decir que la idea más auténtica sobre nuestro planeta es que es una superficie plana, pues así es como la consideraban los antiguos. Entonces tú dirás que en ciencia más antiguo no implica más verdadero y que al avanzar en el conocimiento podemos descubrir que la verdad no es lo que todos pensaban antes, y yo te diré lo mismo de la religión.
LOS PLANOS DE LA REALIDAD
Para los creyentes, la realidad es dual, hay un plano físico y un plano espiritual, cada uno con sus leyes y su manera de descubrirlas. Para los ateos la realidad se limita al plano físico, aunque muchos piensen que ese plano físico pueda ser multicapa, con universos paralelos y todo eso. El plano físico y el espiritual son planos separados pero que interactúan. Los universos paralelos al parecer son planos separados que no pueden interactuar de ningún modo, por eso la ciencia nunca podrá demostrar su existencia, o al menos eso afirma hoy en día la teoría de cuerdas, y aún así mucha gente, especialmente ateos, creen en su existencia o al menos en su posibilidad. No dan el mismo trato al plano espiritual a pesar de que los creyentes sí somos capaces de experimentar ese otro plano y relacionarnos con él.
Por eso hay algunas cosas del mundo espiritual que el hombre puede llegar a captar por sí mismo si se esfuerza en ello, igual que podemos aprender cosas del mundo físico si nos esforzamos en ello. Un ateo no aprenderá nada de Dios porque no se interesa por ello y dirá que es imposible aprender nada del plano espiritual… porque no existe. Si alguien tuviera el mismo punto de vista sobre la teoría de la evolución, por ejemplo, podría decir lo mismo, que por mucho que mire no ve a ningún animal evolucionando y que aunque se pusiese a estudiar el asunto sería imposible aprender nada de ello… porque es todo un cuento, diría él, así que ni se esfuerza.
Pero de todas formas, por mucho que el hombre se esfuerce, solo podrá comprender parte de la realidad espiritual, el resto no porque un ser tan limitado y finito como el hombre no puede alcanzar lo eterno e infinito por sí mismo, sería como si una hormiga intentara comprender las raíces cuadradas. Dios creó el universo, y lo dotó de orden y leyes fijas, y dentro de ese universo también dotó al hombre de una inteligencia capaz de comprender la Creación, pero el Dios que lo creó es infinito y por tanto el hombre está equipado para conocer el universo (al menos eso creemos si somos optimistas) pero no está suficientemente equipado para conocer a Dios, aunque sí para vislumbrarlo. Es por eso que el hombre, desde que es hombre, tuvo una religión, un sentido de la trascendencia, una intuición de que había algo más, pero por mucho que quisieran no podían conocer por sí mismos la naturaleza auténtica ni de Dios/dioses ni del plano espiritual en el que creían. Esa es la razón por la que Dios, llegado el momento oportuno, comienza a revelarse “en serio”, y si antes tal vez envió destellos, ahora comienza a proyectar un foco de luz, un faro guía que marca el camino a ese conocimiento.
Esa historia progresiva de revelación la tenemos en la Biblia. Dios no se apareció un día, dejó un libraco sobre la mesa de Abraham o Moisés y le dijo: ahí tienes todo lo que tienes que saber sobre mí y sobre todo lo espiritual. No, la revelación y la historia de salvación es algo que Dios hizo por medios humanos, inspirando, alentando, guiando, pero dejando que fuera el hombre el protagonista y actor principal, y por eso mismo con avances y retrocesos, aciertos y fallos, hasta el punto culminante en el que él mismo viene al mundo a rematar la salvación y la revelación, e incluso entonces lo hizo a través de una naturaleza que se fusionó con la humana: Jesús, y mediante medios también humanos.
Por lo tanto, los que creemos en el cristianismo no lo hacemos porque nuestra religión sea la mayoritaria ni porque tenga el poder ni por ninguna de esas razones puramente prácticas que mencionas, sino porque creemos que es la verdad, y esa verdad ha sido revelada por Dios y transmitida de generación en generación, y nosotros hemos tenido la suerte de entrar en contacto con esa verdad bien sea por transmisión de nuestros padres o por otros medios, y de aceptarla. Por lo tanto nos da igual en qué dioses creyeran nuestros antepasados, del mismo modo que cuando un científico descubre una nueva ley de la ciencia, le da exactamente igual qué creencia sobre ese tema tenían nuestros antepasados, simplemente al descubrir la verdad, nos alegramos de dejar el error atrás.
Si los antiguos adoraban al sol y a la luna lo hacían porque el alma tiene anhelo por lo trascendente, intuye que hay algo más que lo puramente físico y busca qué pueda ser, pero nadie conocía a Dios hasta que él se reveló. Según tú el Dios cristiano es un invento de los judíos antiguos. Normal que pienses así, si no crees en Dios no tienes más remedio que pensar que alguien se lo ha inventado. Yo por el contrario considero que es al revés, es Dios quien te creó a ti, así que en cierto modo podemos decir que tú, y todos, somos un “invento” de Dios, el cual nos hizo hijos suyos y eso nos libra a nosotros del vacío de pensar que somos un producto casual de un cosmos que nadie sabe de dónde puede haber salido ni tiene un porqué ni un sentido. Para el creyente, la vida tiene un sentido, sabemos de dónde venimos, a dónde vamos y por qué y para qué estamos aquí. Nietzsche por el contrario llegó a la conclusión de que no hay Dios y por tanto la vida no tiene sentido (salvo el que uno quiera darle, consciente de estar inventándoselo), y por eso acabó su vida loco y amargado. Independientemente de lo acertado o no de su pensamiento, no parece que su filosofía sea una alternativa que mejore a la ofrecida por el cristianismo o que ayude al hombre a ser más feliz o mejor persona.
EN EL NOMBRE DE DIOS
Hablas de que “en nombre de ese único dios se han cometido muchas aberraciones”. También difiero de tu opinión. El hombre crea violencia y guerras, con o sin religión. Muchos pensadores ateos del XVIII y XIX estaban convencidos de que si se eliminaba la religión se acabaría la opresión y la violencia e incluso las guerras. En el siglo XX tuvimos sobrada ocasión de comprobar esa teoría. Resulta que los regímenes ateos que florecieron han sido los autores de las mayores crueldades y masacres de la historia de la humanidad, no solo de sus enemigos, sino también de su propia gente. Quita a Dios y desaparecen los límites que te controlan, te sientes engañosamente libre de hacer todo lo que quieras porque si tienes el poder a nadie tienes que rendir cuentas y solo tú decides qué es lo correcto y lo incorrecto. El nazismo, Stalin, Mao y muchos otros instauraron regímenes ateos, las dictaduras comunistas se aplicaron enormemente en borrar toda religión de sus sociedades y en parte lo consiguieron, sobre todo en cuanto a influencia social. El resultado no fue un reino de paz y justicia sino, bueno, para qué te voy a explicar, ya lo sabes como yo. Lo que quiero decirte es que el hombre lucha y mata con el pretexto que sea, y normalmente elige pretextos que sean lo más elevados posible para que su acción cruel quede debidamente justificada. Si Dios es importante, matará en nombre de Dios. Si Dios no es importante matará en nombre de cualquier otra cosa que esa sociedad valore, y así las guerras del siglo XX han sido en nombre de la igualdad, la solidaridad, la hermandad, la democracia, e incluso la paz. Sí, muchas guerras últimamente se hacen en nombre de la paz, ya ves.
LA REVELACIÓN PROGRESIVA Y LA PEDAGOGÍA DIVINA
También dices que en la Biblia hay sobrados ejemplos de crueldad sancionados por Dios mismo. Razón tienes, en el Antiguo Testamento hay algunas partes en las que Dios parece ser bastante cruel, especialmente en el libro de Job y toda la conquista de Canaan. Tal como mencioné antes, la revelación cristiana es progresiva y realizada mediante instrumentos humanos, no fruto de un libro traído por Dios. Nosotros creemos que Dios fue inspirando a ciertos hombres para que fueran comprendiendo cada vez más a Dios, pero esa comprensión fue lenta y gradual, abarcando siglos de progreso. Por eso la idea de Dios va evolucionando en la Biblia, desde el Dios justiciero del principio, al Dios justo de los profetas y, finalmente, al Dios-Amor revelado por Dios mismo a través de Jesús.
Este es un proceso pedagógico, no una explicación a posteriori para limpiarnos las manos. Si tú quieres que un niño llegue algún día a ser un experto en física cuántica, no puedes tomarle a los tres añitos y empezar a explicarle las leyes del universo cuántico porque no entendería nada ni nunca llegaría a entenderlo. Se empieza por explicaciones sencillas, incluso cuando no son exactas. Le hablamos de que el sol sale y se pone, incluso que se esconde por la noche o que la luna va detrás del sol porque está enamorada de él. Esas simplezas son tremendamente incorrectas pero sirven para que el niño vaya generando una imagen del universo que es apta para su capacidad intelectual en cada momento. Luego poco a poco irá aprendiendo las cosas con más exactitud y precisión, más en profundidad, según su capacidad aumenta (en parte por la edad y en parte porque los conocimientos previamente asimilados le permiten asimilar conocimientos nuevos más complejos). Y en la escuela irá adquiriendo otras herramientas que le servirán más adelante para avanzar aún más, como las matemáticas, física, geología, etc. Finalmente el niño, ahora un hombre joven, estará capacitado para adentrarse en el auténtico meollo de la física cuántica o lo que sea, y podrá investigar y aprender e incluso descubrir cosas nuevas.
Con el conocimiento espiritual ocurre exactamente lo mismo. Dios fue preparando a la gente poco a poco, al principio con ideas inexactas y simples pero que era lo mejor que se podía ofrecer dado su nivel espiritual e intelectual de desarrollo. Luego ese conocimiento se va haciendo cada vez más exacto y refinado, hasta que finalmente el pueblo de Israel está ya maduro para meterse en materia del todo: y entonces vino Jesús. Aún así, muy preparados no estaban cuando lo mataron por su mensaje, pero lo que aparentó un fracaso no fue tal, porque en realidad la mayoría de la gente sí estaba preparada para entender ese mensaje, y finalmente se extendió y triunfó, y cambió el mundo. Tú puedes pensar que ahora es el ateísmo el que está extendiéndose y triunfando y cambiando el mundo, y en ciertas zonas de este planeta eso es cierto, pero puesto que yo creo que detrás de todo esto está Dios, no me asusta que el ateísmo parezca tener ahora el viento a favor en algunos sitios. Él sabrá lo que hace y no es la primera vez que acabamos comprendiendo que son victorias algunas cosas que en su momento parecían derrotas. Pero eso es otro tema, disculpa. Estaba intentando explicarte por qué el Dios cruel de algunos pasajes del Antiguo Testamento no es un retrato fiel de Dios y aún así se puede considerar un retrato verdadero. Seguiré con eso.
EL DIOS CRUEL?
Puede parecer que esas crueldades que vemos asociadas a Dios allí son un borrón en una revelación divina, aunque sea progresiva. Pero si conocemos muy en profundidad la historia de la humanidad y esos pueblos y épocas, comprenderemos que lo que parece cruel y malvado desde nuestro punto de vista puede a veces ser un avance positivo en la historia de la humanidad. Un grave error que siempre cometen los hombres (disculpa si no añado siempre “y las mujeres”, vaya por entendido) es pensar que su época ha alcanzado la cumbre, al menos en lo moral e intelectual, y se permite siempre mirar hacia atrás y juzgar todas las personas y épocas pasadas según sus modelos. Hoy hacemos lo mismo. Por eso cuando miramos a los hebreos de hace 5000 años juzgamos sus comportamientos como buenos o malos o incluso estúpidos aplicando nuestros conocimientos y estándares de conducta modernos, como si ellos tuvieran la obligación de compartir nuestra mentalidad y conocimientos del año 2015 para poder ser buenos y válidos. Para explicar mejor lo que quiero decir pondré un ejemplo sencillo: la Ley del Talión.
“Ojo por ojo y diente por diente”, ¿es eso lo que Dios enseñó a su pueblo? Pues menuda cosa nos trajo, un concepto cruel de la venganza. Pero esa ley solo se puede considerar malvada si la miramos desde nuestro punto de vista moral actual, o sea, desde un punto de vista moral cristiano, valga la paradoja. Entre los pueblos de la Antigüedad la ley moral que existía era la ley del más fuerte. Los ricos y poderosos podían hacer lo que quisieran con el pueblo. Un poderoso podía quemar tu casa y no le pasaba nada. La revelación divina, en aquel estado de cosas, enseñó al pueblo que eso estaba mal, que frente al despotismo había que acostumbrarse a la justicia. Si un poderoso quema tu casa tú tienes derecho a quemar la suya. Ojo por ojo. Cuando los hebreos asimilaron ese nuevo ideal moral, el de la justicia (se aplicara mucho o poco es ya otro asunto) entonces estaban ya preparados para ir un paso más allá y aceptar el concepto de misericordia y perdón que aparece con los Profetas y sobre todo con Jesús. En nuestra sociedad (al menos en la mía) si un hombre mata a mi hermana no se considera que la respuesta adecuada sea matar a la suya (venganza), sino que va a la cárcel y se le intenta rehabilitar. Ese es el ideal cristiano, conjuga justicia con misericordia y perdón (y como todos los ideales, en la práctica se cumplen más o menos, pero son el ideal). Es después de que Jesús nos trajera el siguiente (y último) paso de la revelación cuando las etapas anteriores se muestran defectuosas, pero solo cuando echamos la vista atrás, no porque lo fueran en su momento.
Es por eso que viendo los estadios más antiguos de la revelación podemos pensar que o bien Dios era cruel o bien esas historias eran invenciones humanas y no revelación divina, pero si vemos cada paso en su contexto histórico, comprenderemos que cada paso de la revelación es siempre un paso hacia delante, no adaptado a Dios, sino adaptado al hombre, que es el destinatario de ella, y expresado de la manera en que los hombres de aquella época podían expresarlo. La Madre Teresa de Calcuta veía a Dios en los moribundos y los desposeídos, los hebreos de la época de Josué veían a Dios en la justicia de conseguir lo que en su opinión les pertenecía, aunque fuera matando a quien intentaba impedirlo, y así nos lo contaban. No es Dios el que evoluciona, sino la comprensión que el hombre tiene de Dios la que va aumentando. También hay que tener en cuenta que la progresión de la revelación no se ve claramente en el orden de los libros bíblicos, o sea, un libro del Antiguo Testamento no siempre muestra una moral más avanzada que el anterior, porque los libros de la Biblia están ordenados en cierto modo por orden cronológico según las historias que cuentan, no según la fecha en la que fueron redactados. Así por ejemplo el libro de Job fue escrito siglos antes que la historia de la Creación, y por eso el Dios del Génesis es un Dios más misericordioso que el de Job.
CONTRADICCIONES BÍBLICAS
Planteas en tu mensaje que en la Biblia abundan las contradicciones. Como hemos visto, algunas de esas contradicciones se deben a lo progresivo de la revelación. Si vemos la formación científica de una persona no podemos decir que hay contradicción entre lo que aprendió a los 3 años y lo que aprendió a los 15. O podemos decir que es contradictorio pero no en sentido negativo, sino que al verlo como una evolución entendemos que no son contradicciones sino fases de aprendizaje progresivas. Así en la escuela aprendes que materia y energía son dos cosas diferentes, luego aprendes que en realidad son dos estados diferentes de la misma cosa, y si sigues avanzando en el conocimiento de la física, en la universidad te enseñarán que en realidad no son ni siquiera dos estados diferentes, sino que la materia es energía organizada de cierto modo que parece sólida. Pensar que el sistema educativo está equivocado porque a los niños desde pequeñitos les deberíamos explicar lo que ya sabemos, que materia y energía son lo mismo, sería un grave error pedagógico. Dios lo sabe incluso mejor que nosotros y por eso nos fue revelando en cada fase lo más adecuado para poder seguir avanzando al siguiente escalón.
También podemos decir que en la ciencia encontramos algunas contradicciones que en realidad debemos mejor llamar paradojas porque su contradicción solo se debe a nuestra falta de comprensión, como por ejemplo el hecho de que la luz es partícula pero también es onda, algo que según la propia ciencia debería ser imposible, aunque confiamos en que algún día podremos entender la naturaleza de esa paradoja y entonces dejará de serlo. Igual ocurre en la religión, a veces encontramos contradicciones que solo merecen tal nombre por nuestra ignorancia, o bien por nuestra imposibilidad de comprensión o bien porque nos falta formación cultural y bíblica. Estos errores por ignorancia se deben a un desconocimiento de la cultura y la sociedad de la época o una mala comprensión del contexto o la intención de la frase. Por poner un ejemplo pensemos en el nombre de Jesús. La profecía anunció que una virgen daría a luz a un niño y le pondría por nombre Emmanuel. Luego cuando se cumple la profecía el Nuevo Testamento nos cuenta que la Virgen María dio a luz a un niño y le puso por nombre Jesús. ¿Pero no se iba a llamar Emmanuel? Sin embargo el evangelista no es que ignore la profecía o no sea capaz de explicar esa contradicción, es que para él no existía tal contradicción y al contarnos que le puso por nombre Jesús nos dice expresamente que así se dio cumplimiento a la profecía citada (y nos la cita textualmente, con lo de “Emmanuel” incluido). Es el lector moderno sin demasiados conocimientos bíblicos y de la cultura hebrea el que encuentra una aparente contradicción allí donde el evangelista (y sus destinatarios) no veían ninguna. Resumiendo diré que “Emmanuel” (= Dios con nosotros) es un título, no un nombre, y era una forma corriente de expresarse en aquella época similar a cuando vemos a los americanos en las películas de Hollywood diciendo cosas como “¿Que si entiendo de coches? Mi segundo apellido es Mister Fórmula Uno, nena“. Pero si tienes curiosidad por comprender por qué esa aparente contradicción mesiánica no es tal, puedes leer nuestro artículo ¿Pero debería llamarse Jesús o Emmanuel?, donde lo explicamos con detalle.
EL LENGUAJE BÍBLICO
Y por último, están los errores que pones de ejemplo, como lo de que si la tierra es plana o redonda o cuadrada o esférica. En esos comentarios muestras una visión de la Biblia muy material, como si fuera una especie de enciclopedia, compendio de la ciencia y la historia. No eres el único que lo ve así. Con eso de que es la Palabra de Dios, algunos antes y ahora consideran que cada palabra y frase allí escrita procede directamente de “la boca” de Dios y por tanto es siempre 100% verdadera en todos los sentidos. O en tu caso, el hecho de que no sea 100% verdadera demuestra que no es palabra de Dios (sobre todo porque piensas que Dios no existe). Frente ese concepto de la Biblia yo te hablaré un poco del concepto que la Iglesia Católica (y casi todas las cristianas) tiene de la Biblia. La Biblia es el registro de la revelación progresiva de Dios, y es lo que nosotros llamamos “la historia de salvación”, el camino que Dios fue trazando para formar a su pueblo y liberarlo, culminando en la obra y enseñanzas de Jesús. No es simplemente un conjunto de parábolas y novelas ejemplares, es en gran medida un libro histórico, porque el proyecto de salvación fue una acción de Dios en y a lo largo de la historia, y no una imposición milagrosa repentina venida desde las alturas. Por eso vemos allí reflejadas todas las grandezas y todas las miserias humanas, porque es el hombre el que con sus esfuerzos y limitaciones va poquito a poquito acercándose como puede a ese ideal que Dios le va poco a poco marcando.
La finalidad de la Biblia no es contarnos lo que pasó hace años, aunque también lo hace, sino mostrarnos cómo Dios va actuando y revelándose a través de la historia. Los acontecimientos se narran no como lo haría un cronista moderno, sino como lo hacían los cronistas antiguos, mostrando los hechos de forma que se entienda su significado. La Biblia ni es ni pretende ni puede ser objetiva, porque entonces tendríamos un montón de datos que cada uno tendría que interpretar por su cuenta. La Biblia nos da esos datos ya interpretados y los cuenta de manera que podamos ver claramente su significado, porque todo lo que ocurre en este mundo tiene un sentido último (pensamos los creyentes). Si la Biblia describiera los males del siglo XX (epidemia del Sida, agujero de ozono, extinción de animales, guerras, hambrunas, etc.) no lo haría como una crónica de acontecimientos sueltos que ocurren sin más, nos lo presentaría todo como parte de una historia coherente y con significado, señalando sus causas y sus efectos. Probablemente (esto me lo invento yo, claro), nos hablaría de que en el siglo XX los hombres renegaron de Dios, y aunque Dios les envió profetas advirtiéndoles del peligro de sus acciones y llamándoles al arrepentimiento, el hombre perseveró en su maldad y dijo “no te conozco”, y como en la Torre de Babel, quiso llegar al cielo por su cuenta renegando de Dios, y entonces Dios envió plagas y destrucción para que el hombre aprendiera que cuando renuncia a Dios se desencadena el caos. Y muchos se arrepintieron, pero otros siguieron destruyendo la Creación y odiando al prójimo. Por supuesto todo esto sería si lo narramos según un lenguaje bíblico del Antiguo Testamento, no del Nuevo, que tendría un tono muy diferente aunque igualmente lo mostraría de un modo teocéntrico.
Y ahora seguro que algunos cristianos que hayan leído este ejemplo se escandalizarán pensando que lo que yo quiero decir es que las historias de la Biblia son manipulaciones humanas y que Dios nunca dijo ni hizo nada por sí mismo. Pero no se trata de eso. En ese ejemplo estoy haciendo lo mismo que hizo Dios con la revelación, adaptarme al oyente y transmitirle un mensaje que su mentalidad pueda entender. No insinúo tampoco que tu mentalidad sea inferior y tenga yo que explicarte las cosas como a un niño, pero puesto que tú no crees en Dios, tengo que explicarte el funcionamiento de los escritos bíblicos adaptándome a la mentalidad de alguien que no acepta la intervención directa de un Dios en el que no cree. Y sin embargo, el ejemplo no está muy lejos de cómo debió ocurrir la redacción del Antiguo Testamento, al menos hasta la época del Exilio. Porque también hoy Dios está actuando en la historia a través del hombre, y aunque en las noticias de la tele no se pueda decir “hoy se ha aparecido Dios al papa Francisco y le ha dicho que acerque la Iglesia más a los pobres”, sin embargo los cristianos creemos que eso es lo que está ocurriendo, y si un escritor bíblico de aquellos tuviera que narrar lo que está ocurriendo hoy en día, es probable que lo expresara así.
ERRORES BÍBLICOS
Por eso la Biblia nos cuenta historias que son verdaderas, pero no por ello son siempre fieles a lo que la arqueología o la historia nos podrían contar (a menudo sí, siempre no). El mensaje de la Biblia es un mensaje espiritual, filtrado, aunque desarrollado en un contexto histórico. Incluso entre los evangelios, que sí tienen un componente histórico mucho más exacto, encontramos contradicciones de ese tipo, como que si Jesús predicó en Jerusalén tres veces o solo una, que si sanó a un endemoniado o a tres, que si al resucitar se le apareció primero a María Magdalena o fue a las tres Marías a un tiempo… Son diferencias en la narración que en nada afectan al mensaje, pues cada evangelista nos está hablando de lo mismo, y de la misma doctrina, pero organiza toda la historia con una finalidad diferente. Uno escribe a los judíos y pretende demostrar sobre todo que Jesús es el Mesías que estaban esperando, otro escribe a los gentiles y pretende demostrar sobre todo que Jesús es el Dios que les trae la salvación, otro pone el énfasis en un Jesús que pretende transformar la sociedad, otro se centra más en la liberación espiritual y la esperanza futura.
Los evangelios no son crónicas ni biografías, sino reflejos de una doctrina, y en eso no se contradicen, es más, sus diferentes puntos de vista se complementan y nos permiten tener una idea tridimensional mucho más exacta de lo que Jesús hizo y predicó y del sentido de todo ello. Si alguien pretende contar la historia del siglo XX lo haga como lo haga será una historia parcial, sesgada, inexacta, pero si juntamos a un grupo de historiadores de diversas escuelas (por ejemplo cristianos, marxistas, liberales, etc.), tendremos descripciones diferentes (a veces muy diferentes) de los mismos hechos y nos transmitirán sentidos distintos de las causas, efectos y significado de los acontecimientos, y sin embargo todos estarán narrando los mismos acontecimientos históricos. El resultado es que si leemos todos ellos entonces comprenderemos mucho mejor lo que supuso el siglo XX que si solo leemos la narración de un autor. En los evangelios tú, como ateo, probablemente solo miras los acontecimientos en sí, los datos, pero el creyente, para el cual fueron escritos, busca en ellos conocer a Jesús, y para eso se escribieron. Si pretendes que la Biblia (Antiguo o Nuevo Testamento) sea lo que no es, entonces encontrarás fácilmente errores, contradicciones o incluso barbaridades, pero ese libro se escribió para transmitir un mensaje de Dios a los hombres, y solo si buscas eso puedes descubrir su verdadero valor y solo entonces puedes comprender cómo eso puede verdaderamente considerarse la Palabra de Dios, aunque esté expresada con toda la limitación del hombre.
Y desde luego no busques allí conocimientos científicos, porque tampoco es un libro de ciencia. Puesto que los verdaderos autores, los que escribieron esos libros, son hombres (inspirados por Dios pero no al dictado suyo), los conocimientos científicos que allí aparecen no son revelaciones divinas sino conocimientos humanos, así que no tiene ningún sentido criticar la Biblia por decir que si el sol da vueltas a la tierra o si la tierra es plana o cuadrada. Eso no es revelación divina, es simplemente el conocimiento del mundo que el hombre tenía en aquella época.
El cristianismo, amigo Nietzsche, no es una ideología humana al estilo de los partidos políticos, es una manera de entender la vida y el universo, una forma de dar sentido a todo lo bueno y todo lo malo que nos pasa y mantener siempre la esperanza de que, aunque a veces no lo parezca, todo tiene un sentido, y ese sentido es positivo. Es tener siempre un motivo para querer ser mejores y para seguir luchando incluso cuando parece que todo da igual. El cristianismo es saber que no estamos solos, que un Dios Padre nos ama y que en esta vida o en la siguiente, el triunfo de la verdad, la justicia y la felicidad está garantizado.
El loco de turín respondió a este contraargumento...
Me han gustado los argumentos que presentas. Sin embargo:
Es obvio que no se puede buscar ciencia en la biblia, puesto que no es un libro científico. Solo digo que, algunos creyentes (no todos) usan la biblia como tal (un libro de ciencia y razón) para ganar adeptos, cuando realmente ese no es el fin que tiene; tu mismo lo haz dicho, ese libro tiene un único fin y es dar esperanzas a individuos oprimidos, sin resignación, espíritus débiles o en su defecto, a quienes eligen creer en un ser superior a ellos. Haces bien, tu eliges tus creencias y convicciones. Yo elijo no creer y tu lo opuesto. Eso se respeta.
Algo que me llamo la atención fue lo que dijiste acerca de las aberraciones que se sucintaron a causa del ateísmo. Me parece que hiciste referencia a Hitler cuando hiciste mención del nazismo como dictadura atea, en la cual se buscaba la paz mediante las guerras. Déjame te explico:
Hitler no fue ateo, su régimen estaba resguardado por la iglesia. Incluso el mismo dijo estar haciendo la voluntad de dios (esto lo encuentras en su obra, titulada: Mi lucha). Y aunque hubiera sido ateo, eso no es una razón lógica para cometer crímenes. Por ejemplo: Un golfista no mata a su esposa por el hecho de ser golfista, lo hace por otras causas. Hay que decir que lo que ocasiono que Hitler actuara de esa forma fue la crisis económica que Alemania tenia en ese entonces. Es el capitalismo el autor de las guerras y matanzas, no el ateísmo. Oh acaso haz escuchado a personas decir: ¿Yo mato en el nombre del ateísmo?¿Esta guerra es va por el ateísmo? No, por el contrario la iglesia lo ha hecho por muchos años. Siempre ocasiono u ocasiona guerras con la cruz enfrente (cruzadas, conquistas, guerras, genocidios, etc..), y como sabes, la historia la cuentan los vencedores.
A lo que le responde Chris...
Me vas a disculpar si mi respuesta resulta excesivamente larga pues usaré tu comentario en parte como excusa para discutir ideas que se han convertido en clichés dentro del ateísmo actual, así que a lo mejor hablo también de algunas cosas que no son exáctamente lo que quieres decir. Considera que aquí respondo a tu comentario pero también hablo en general de las ideas que suelen expresar los ateos en contra de la religión. Estés o no de acuerdo con lo que te voy a argumentar, al menos aprecia mi intención de aclarar las ideas que acabas de escribirnos, y disculpa de antemano si en mi esfuerzo por aclarar ideas muy extendidas pero muy equivocadas algunas veces te pueda parece que a veces me voy por las ramas. Intentaré no hacerlo pero me conozco
Cierto que algunos creyentes usan la Biblia como si fuera un libro también de ciencia, pero esos cristianos, llamados “fundamentalistas” (no en el sentido de radicales sino porque así se autodenominan ellos) son una minoría y pertenecen a ciertas denominaciones evangélicas, principalmente aquellas que se han separado tanto del cristianismo que la mayoría de los cristianos ni siquiera les consideramos propiamente cristianos (son los paraprotestantes). Yo te escribo como católico, no defiendo las interpretaciones de cualquiera que se autodenomine cristiano incluso sin serlo.
Dices que respetas a los que elegimos creer, pero al mismo tiempo nos calificas en general de individuos oprimidos, sin resignación (tal vez querías decir “resignados”?) y espíritus débiles. Esa manera de verlo es hoy muy corriente entre los ateos. Antes la gente opinaba, injustamente, que los ateos eran en general gente de naturaleza malvada e ignorante que se negaban a aceptar lo evidente. Ahora son los ateos quienes, también injustamente, suelen opinar que los creyentes somos gente ignorante y de espíritu débil que necesita agarrarse a un padre imaginario para no sentirse perdidos y que nos negamos a aceptar lo evidente. Nada más lejos de la realidad. Ni creyentes ni ateos, en general, lo son por ser más o menos listos o por razonar mejor o peor.
En Europa al menos, ser ateo ciertamente no quiere decir que seas un espíritu débil, que renuncies a utilizar la razón, que no te esfuerces en luchar por mejorar la sociedad y tu vida ni que pases de todo, pero ciertamente si encajas con esa descripción, entonces lo más probable es que seas ateo. Ser cristiano aquí hoy en día significa todo lo contrario, no aceptar sin más lo que todos te dicen, sino tener un espíritu crítico; no aceptar que la sociedad es como es y evoluciona como evoluciona, sino estar dispuesto a luchar por la verdad y la justicia; y desde luego, no ser conformista, porque si eres conformista te adaptas a la mayoría, y la mayoría ahora parece considerar que ser cristiano es un error o una estupidez, a menos que te calles y te lo guardes todo para ti solito y si hablas de Dios que sea solo en tu propia cabeza y en casa. Quien renuncia a pensar y a crearse su propio criterio entonces se suma al ateísmo. Aunque tal vez en tu país la situación sea la contraria, no lo sé, pero eso solo demuestra que los “espíritus débiles” y que usan poco la razón y la crítica simplemente se suman a la mayoría y aceptan lo que les viene sin cuestionárselo, y así esa gente será atea en sociedades ateas y cristiana en sociedades cristianas y budistas o comunistas en sociedades budistas o comunistas. Pensar que una persona con criterio o inteligencia se ve empujada a ser creyente o a ser ateo es un error. Lo que está claro es que la gente que no piensa por sí misma, será lo que sea la mayoría, atea o creyente indistintamente. Quienes piensan y tienen criterio propio, serán ateos o creyentes según los datos que manejen, según su propia vivencia y según muchas otras cosas más. La inteligencia no es patrimonio ni de creyentes ni de ateos ni de comunistas ni de ecologistas, igual que la estupidez tampoco, ambas cosas son patrimonio común del ser humano.
Y es cierto, como afirmas, que la historia la escriben los vencedores, pero los vencedores no solo escriben la historia, también la reescriben constantemente, por eso si antes la Iglesia era lo mejor de lo mejor, ahora la Iglesia parece ser lo peor de lo peor, no solo en cualquier cosa que haga o diga hoy en día, sino a lo largo de toda su historia, pues ahora se está reescribiendo el pasado y lo que antes se consideraba bueno ahora parece que era malo y viceversa, así que la Iglesia parece que en lugar de haber supuesto un gran avance para la humanidad resulta ahora que, según los actuales “vencedores” sociales, ha sido un enorme lastre, y si antes se consideraba que los ateos eran gente estúpida e ignorante con inclinaciones malvadas, ahora resulta que son ellos los inteligentes e instruidos y los únicos que pueden librar a la humanidad de todos sus problemas. Esto es simplemente el muy humano “quita tú que me pongo yo”, y si nos limitamos al blanco y el negro, cambiar el negro por el blanco deja las cosas igual de deformadas. Los mismos ateos que critican que los vencedores (léase la Iglesia como institución humana de poder) escribieron la historia, ahora están haciendo exactamente lo mismo y reescribiendo la historia a su gusto pretenden condenarla.
Volvemos al tema de las guerras. Tal como lo cuentas parece que casi todas las guerras de los últimos 2000 años se han hecho por iniciativa de la Iglesia o al menos en nombre del cristianismo, “con la cruz en frente”, como dices. Me gustaría saber exactamente cuál es el listado de guerras que tú consideras que se hicieron en nombre de Dios o del cristianismo, porque aparte de las cruzadas y de la Guerra de los 30 años, no se me ocurren muchas guerras que hayan sido realizadas en el nombre de Dios (como su gran motivación) ni por obra de la Iglesia.
Otro asunto es lo que dices de que las guerras del siglo XX no fueron provocadas por el ateísmo, sino por el capitalismo. Entonces la represión y genocidio interno y las guerras instigadas directa o indirectamente por Rusia, China, los Jemeres Rojos de Camboya o las otras revoluciones marxistas como Cuba, etc… ¿son también guerras provocadas por el capitalismo? ¿no fue el comunismo? Porque si consideras que cuando un país comunista reprime a su pueblo o conquista el Tibet o Lituania, por ejemplo, es por culpa del capitalismo, entonces resulta que el culpable de una guerra no es quien la hace, sino el enemigo al que pretende aniquilar o subyugar. En tal caso te estarías contradiciendo, pues podríamos decir que el culpable de las cruzadas no fue la Europa cristiana sino el maldito Islam que no quiso entregarnos en bandeja Tierra Santa. Me temo que el capitalismo o el comunismo o el cristianismo o el ateísmo no son las causas de una guerra, sino la eterna lucha humana por el poder, la riqueza, etc. La historia del siglo XX lo que demuestra es que el ateísmo no supone ningún freno a las guerras, e incluso las puede hacer más crueles porque el ateísmo no tiene per se un marco moral que limite sus acciones. Así que el argumento de que la religión siempre ha provocado guerras y el ateísmo puede traernos la paz, es un argumento de ciencia ficción que ha sido ampliamente derrotado en la práctica durante el siglo pasado. Ya no es un asunto de discusión teórica, como era durante la Ilustración, sino simplemente un asunto que se ve en los libros de historia.
Pero lo más curioso del caso es la diferente vara de medir que usas para las guerras que tú consideras culpa del cristianismo y las guerras que yo considero generadas por regímenes ateos. Cuando se trata de Hitler o de Mao y otras revoluciones comunistas tú consideras que el ateísmo no tuvo ahí nada que ver, sino que fue culpa del capitalismo o, en el caso de Hitler, culpa de la crisis alemana. Sin embargo, y permíteme que te lea entre líneas, cuando piensas en la conquista de América no piensas en que fue, como todas las conquistas y todos los imperios, una conquista política en la que unos países (principalmente España e Inglaterra pero también otros) pudieron y quisieron extender sus dominios al igual que han hecho en la historia todas las potencias que pudieron (incluyendo Incas y Aztecas). Ahí no ves tú ninguna motivación política ni económica o incluso demográfica, tú ves simplemente una invasión religiosa en la que la Iglesia Católica se lanzó “con la cruz en frente” a conquistar y someter a los pobres indios por el simple hecho de que no eran cristianos y así les obligaba a serlo.
Es cierto que la conquista de América supuso también la extensión allí del cristianismo, pero igualmente supuso la extensión de la cultura europea en su totalidad (religión, política, arte, idioma, moda, etc etc). No se hizo una conquista por el motivo de extender la fe, sino para extender un imperio, aunque es cierto que a veces quedaba muy bien decir que “el verdadero motivo” era extender la fe. Sobre eso ya he hablado en el artículo, cuando hacemos guerras las justificamos siempre diciendo que lo hacemos por algún noble ideal, lo que no quiere decir que ese sea ni de lejos el verdadero motivo. Cuando EEUU atacó Iraq dijo que era por liberar al pueblo iraquí de la opresión dictatorial, pero todos sabemos que había muchos países igual o más oprimidos y EEUU no se puso a atacarlos también, porque no tenían petróleo, que era el verdadero motivo nunca confesado. Igualmente España a veces decía que su verdadero motivo era extender la fe, y no digo yo que ese motivo no resultara atractivo también, pero si ese hubiera sido el motivo principal entonces a España le hubiera resultado mucho más sencillo conquistar el norte de África, que estaba a 14kms, en lugar de iniciar una aventura hacia un mundo lejano y totalmente desconocido (si es que existía tal mundo).
Cuando Colón planteó su viaje como una manera de llegar a la rica tierra de las especias, la India, arrebatando tan lucrativo comercio a los árabes, entonces es cuando la empresa resultó interesante, por su potencial económico, y nadie habló entonces de religión. Pero fue sobre todo cuando Colón regresó con todas sus historias sobre el oro y riqueza de aquellas tierras cuando de repente la conquista de América se convirtió en un deber moral y se empieza a presentar la empresa como una buena obra al servicio de Dios. Si tú eres tan inteligente como para distinguir las realidades de las apariencias, deberías usar las mismas herramientas para ver las motivaciones de las guerras incluso cuando éstas se hacen en nombre de Dios. Si solo por Dios era, España le hubiera pedido al papa que se encargara de la cristianización de América organizando una empresa común de toda la cristiandad, un poco al estilo de las cruzadas. Pero no, España hizo lo contrario, se aseguró de que se firmara un tratado internacional (el de Tordesillas) en el que casi toda América, salvo un pico de Brasil, quedaba asignada a España, aunque luego ese tratado no fue respetado y otras potencias metieron baza.
Por supuesto, los evangelizadores se unieron a la empresa para llevar la cruz al continente, pero no fue la cruz la que hizo la guerra, sino la que se unió a la conquista para llevar la luz al mismo sitio que la espada estaba llevando la destrucción. Tal vez los ateos hubieran preferido ver allí solo la espada sin la cruz, pero es probable que en ese caso la América hispana fuera hoy parecido a lo que es Estados Unidos, un continente europeo con algunas reservas en donde vivieran encerrados los últimos reductos de una antigua raza indígena. Frente a las reservas indias estadounidenses puedes contraponer las reducciones jesuíticas, por ejemplo. Y si alguien piensa que sin la cruz nunca habría viajado la espada a América, entonces es que no conoce ni la historia de la humanidad ni la mente humana.
Si la tecnología hubiera estado en América en vez de en Europa, habrían sido los aztecas los que antes o después habrían viajado a Europa y la habrían conquistado, y no quiero ni imaginar el horror que los aztecas habrían causado allí, pues su comportamiento era cruel y guerrero, su religión se basaba en el horror y la sangre, y su relación con las tribus que dominaban era tal que muchos pueblos acogieron a los españoles como una fuerza de liberación. Pero si los aztecas hubieran conquistado Europa, no creo yo que tuviera sentido decir que lo hicieron simplemente en nombre de Quetzalcoatl. Incluso aunque ellos lo dijeran. Antiguamente, cada uno conquistaba lo que podía (y eso incluye a los imperios americanos), y la relación entre pueblos y países era o conquistas o te conquistan, y quien más puede llevarse más se lleva. Es la mentalidad cristiana, calando a través de los siglos, la que ha permitido que la mentalidad moderna haya ido cambiando. Recuerda que las únicas voces que se opusieron con claridad a la conquista fueron religiosos, sobre todo De las Casas. Por el contrario, estados ateos como Rusia, Alemania o China retomaron en el siglo XX el concepto imperial de someter a otros pueblos bajo su dominio, así que quienes opinan que es precisamente el ateísmo el que de repente rompió ese afán de dominar al más débil, se equivoca, el siglo XX demuestra lo contrario.
Pero incluso en este caso, la conquista de América no se consideraba una guerra de religión ni creo que ningún historiador serio se lo pueda plantear así. La gente de entonces lo vio principalmente como una oportunidad económica (por la parte egoísta) y como una oportunidad de civilizar a aquellas “pobres gentes” (por la parte generosa), y civilización implicaba, entre otras cosas, la religión. Si nos limitamos al asunto de la religión, entonces tendría que admitir que el avance de América fue espectacular, ¿o preferirías que los mexicanos actuales siguieran haciendo prisioneros y arrancándoles el corazón a millares? Las modernas idealizaciones del paraíso pre-hispano resultan, como mínimo, tan distorsionadas como las antiguas idealizaciones de la empresa civilizadora que parecía haber sido todo bondades. Seamos inteligentes y busquemos la verdad en lugar de huir de un error para caer igualmente en otro error, pues así solo conseguimos mantenernos en el mismo grado de ignorancia, aunque con vestido nuevo.
Fue precisamente el componente cristiano de la conquista española lo que suavizó la barbarie de cualquier imperio. Siglos antes, España misma vivió algo muy parecido pero a la inversa. Los romanos conquistaron Hispania, la saquearon y se llevaron todo su oro y su plata (pues allí estaban las mayores reservas de metales preciosos de todo el Viejo Mundo) hasta no dejar nada, pero ellos no tenían ningún ideal religioso que les pusiera límites, así que masacraron a la población sin ningún remordimiento, hicieron enormes deportaciones de los supervivientes para desarraigarlos y que no tuvieran una tierra propia por la que luchar, esclavizaron a buena parte de la población y al resto los trataron como sometidos, no súbditos. Y sin embargo, España siempre ha considerado la conquista romana como un acontecimiento glorioso que trajo la civilización y la cultura, y la lengua, y eso hizo a España lo que es (una España sin Roma sería hoy algo totalmente distinto a lo que es, otra cosa, pero no España). Frente a la conquista romana España eligió quedarse con lo positivo y pensar muy poco en lo negativo. Si ahora en América hay un importante sector creciente que está eligiendo lo contrario, buscar solo lo negativo e ignorar lo positivo, es una opción igualmente posible, pero el resultado es que en lugar de sentirse el valioso producto de un glorioso patrimonio común se sentirán como las víctimas inocentes de una atroz injusticia que les expulsó del paraíso y les dejó una herencia despreciable. El efecto psicológico de tal concepto es la negación de la propia identidad y la consideración de que lo que ahora son, es algo de lo que hay que renegar ¿en favor de qué?
Seguimos con las guerras del ateísmo. Cierto que un creyente puede hacer una guerra y, para disfrazarla de empresa noble, decir que lo hace en nombre de Dios, porque Dios es (en su sociedad) un valor supremo que puede utilizarse para justificar muchas cosas (igual que hoy la democracia, la paz, la justicia, etc se pueden manipular del mismo modo), y los ateos no suelen ir a una guerra “en nombre del ateísmo”, por la sencilla razón de que el ateísmo es la negación de Dios. Se puede hacer una guerra en nombre de algo, pero no en el nombre de no-algo; además de lo absurdo del concepto, la negación de algo nunca es algo que pueda conmover el corazón y levantar pasiones, que es de lo que se trata. Por eso los ateos no dicen que esta guerra es por el ateísmo, sino que es por la justicia social, por salvar de la opresión, por derrotar al capitalismo, por liberar al pueblo (y de paso así le puedo oprimir yo) y cosas por el estilo. Yo no he dicho en mi artículo que los ateos hagan guerras en nombre del ateísmo, sino que los estados ateos, en sus pocas generaciones de existencia (o sea, durante el siglo XX y hoy), probablemente han causado en proporción más guerras y muertes que en toda la historia de nuestra era.
Sobre Hitler, antes de entrar en el tema aclaro que yo no he dicho que Hitler buscaba la paz mediante las guerras. Hitler nunca buscó la paz, sino el dominio mundial. Lo que dije es que como en Occidente Dios no es hoy un valor supremo y universal, las guerras ya no se hacen nunca en nombre de Dios sino en nombre de otros grandes valores de mayor consenso como la democracia, la justicia e incluso la paz.
Dices que Hitler no era ateo, sino que creía en Dios, y todo porque en el libro que citas, y en algunos otros sitios, apela a Dios y se considera una especie de enviado de Dios, un libro escrito antes de llegar al poder. Volvemos a lo mismo, Hitler vivía en una sociedad que aún era mayoritariamente cristiana, y para conquistarse a la mayoría de la población no podía presentarse como el ateo que iba a acabar con sus creencias y se las iba a pisotear. Si los alemanes hubieran sabido realmente lo que Hitler quería hacer, nunca le hubieran apoyado para llegar al poder (pues recordemos que llegó al poder por elecciones democráticas). Como “buen” político, manipuló a las masas para atraérselas. Pero una vez en el poder comenzó a remodelar la sociedad a su gusto, y cada vez con menos disimulos.
Para saber si Hitler era realmente ateo o creyente hay que analizar su actuación una vez establecido el tercer Reich, y lo que allí vemos es un feroz ateísmo activista que además consideraba como sus mayores enemigos a los judíos (por ser gente débil y malvada según él) y a los cristianos, especialmente los católicos, porque el cristianismo era, según él, la única fuerza que seriamente podía hacer frente a la nueva ideología que él pretendía imponer a la sociedad. Y esa ideología era atea, mezclada con nociones mágicas y evolucionistas. El concepto en el que basaba toda su visión de la sociedad era ni más ni menos que la teoría de la evolución con perspectiva atea, donde Dios no pintaba nada sino que todo se regía únicamente por la ley de “la supervivencia del más fuerte”. Alemania era la más fuerte así que tenía que imponerse sobre los demás pueblos, como potencia y como raza, y el peor pecado del cristianismo era precisamente su concepto de la misericordia y la igualdad. Ese concepto cristiano va en contra de la supervivencia del más fuerte, pues la moral cristiana predica la protección de los más débiles, estar junto a los más pobres (que según el concepto de Hitler son gente que son pobres a causa de su debilidad), y esos conceptos había que derribarlos. Mucho menos aún podía Hitler soportar la idea de un Dios que estuviera por encima de él y pudiera juzgar sus actos. El único juez solo podía ser Hitler, él decidía qué era lo bueno y qué era lo malo.
Dices “aunque hubiera sido ateo, eso no es una razón lógica para cometer crímenes. Por ejemplo: Un golfista no mata a su esposa por el hecho de ser golfista, lo hace por otras causas.” No estoy de acuerdo, aunque es cierto, un golfista no mata a su esposa por ser golfista, sino por otras causas, pero en el caso de Hitler, sus crímenes sí eran de pura lógica. Si la sociedad perfecta que él buscaba se basaba en la supremacía y supervivencia del más fuerte, eso implica necesariamente la eliminación del más débil. Hitler pensaba que la raza judía era una raza defectuosa, y por tanto su limpieza evolucionista debía empezar por ahí.
El Holocausto judío (tal vez el genocidio más horroroso de la historia conocida) fue para Hitler una cuestión “de pura lógica”. Él no se hacía ningún planteamiento moral sobre el asunto precisamente porque era ateo, así que actuó con la frialdad de la lógica pura y dura. Con la misma lógica hizo todo lo posible por eliminar el cristianismo, pues la ideología cristiana era opuesta a ese ideal de la supervivencia del más fuerte. Darwin nos había traído el concepto físico de la supervivencia del más fuerte en el plano biológico, y los filósofos racionalistas germánicos que influyeron en Hitler usaron ese mismo concepto a nivel social, lo que incluía la lucha entre las ideas. Por eso Hilter quiso acabar con la debilidad física de la raza, eliminando físicamente a los judíos, y con la debilidad ideológica que según él se derivaba del cristianismo, eliminando las ideas cristianas. Matar a los cristianos en general no era viable, pues la raza germánica era mayoritariamente cristiana, así que la solución era purificar esa raza eliminando el cristianismo de sus mentes y de sus vidas.
El asunto de la justificación de un crimen no tiene nada que ver con la lógica, sino con la moral, y la moral tiene un poco que ver con la razón y un mucho con la religión. La lógica nos podría llevar a la fría pero tal vez “acertada” conclusión de que si matamos a todos los mayores de 65 años las sociedades serán más ricas por no tener que mantener a una población improductiva, y para acabar con los graves problemas de la superpoblación, también resultaría lógico eliminar a mil o dos mil millones de personas (seleccionando a los más prescindibles, o sea, los más débiles), o esterilizando a la mitad de la población para que tengan menos hijos (de esos controles China, por ejemplo, sabe mucho). Eso puede ser “lógico”, pero jamás moral. Matar gente siempre es inmoral, y lo es aunque fuera un obispo quien lo hiciera, porque el cristianismo es una cosa y la manera en que un cristiano vive puede ser otra (un cristiano malvado no hace malvado al cristianismo, el cristianismo puede ser perfecto aunque la gente no lo sea). El cristianismo siempre impone límites a la barbarie, el ateísmo solo pone los límites que en ese momento una persona o sociedad decide poner, y si mañana quita ese límite pues quitado está. Una sociedad atea es algo totalmente imprevisible porque no hay nada por encima de ella que imponga una moral universal, así que cualquier cosa podría antes o después convertirse en algo aceptable, como el Holocausto judío, que fue considerado un acto de purificación y fortalecimiento del pueblo.
En cuanto a tu afirmación de que Hitler era creyente y “estaba resguardado por la Iglesia”, por lo tanto era cristiano, solo decirte que si piensas así solo puede haber una explicación: tu conocimiento del nazismo y sobre todo de la relación entre el nazismo y la Iglesia es prácticamente nulo. No lo digo como crítica, pues incluso la gente con mucha formación no es experta en todas las cosas. Yo mismo hay muchos temas sobre los que no sé nada o casi nada o tengo solo unas vagas ideas tomadas de los tópicos colectivos. En tu caso, la relación entre Hitler y la Iglesia pertenece a uno de esos temas en los que tú no tienes información salvo tal vez algunos tópicos colectivos que hayas podido tomar de acá o allá, así que si te interesa tener más datos puedes pasar a la siguiente parte de mi respuesta. Si por el contrario ya te has agotado, disculpa mi discurso y que la paz sea contigo.
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Puedes dar mi respuesta por finalizada, pero resulta que no hace mucho alguien sacó el mismo tema sobre que si Hitler era o no era cristiano, o al menos creyente en Dios, así que aprovecho la ocasión y te copio aquí la respuesta que le di a él, porque no es lo mismo dar opiniones que ofrecer datos, y si sigues pensando que Hitler era cristiano, tal vez estos datos te den una visión diferente:
Sobre lo del nazismo, no es que los nazis persiguieran a los cristianos en general o a los católicos en concreto del mismo modo que se persiguió a los judíos, por la sencilla razón de que entonces tendrían que haber metido a la mayoría de la población alemana en campos de concentración, y esa misma población era la “raza superior” que Hitler quería preservar. Lo que sí hicieron fue debilitar al cristianismo y tener al clero católico y protestante amenazado y atemorizado. No metían en campos de concentración a curas y pastores por serlo sin más, pero sí metían en campos a los curas y pastores que tenían el valor de hacerles frente y no dejarse doblegar. Solo en Polonia, asesinaron a 10.000 sacerdotes y 5 obispos por no obedecer.
Fueron muchos miles los que acabaron en campos, y no solo del clero, pero también fueron muchos los que, al menos en público, rendían pleitesía al régimen. Eso lo hemos visto en todos los momentos históricos y todos los países, no todos tenemos valor para arriesgar nuestra vida. Lo que me parece heroico es la actitud del cura capaz de enfrentarse al poder nazi en lo mucho o en lo poco, o ayudando a escapar a judíos. Pero la mayoría de los hombres (curas o no) no somos héroes, y si te juegas el pan o incluso la vida, la mayoría de la población agacha la cabeza y si tiene que levantar el brazo y decir “sí bwana” se hace. Ver a una foto de un cura o un pastor haciendo el saludo nazi muy probablemente muestre a alguien atemorizado. La idea de que la Iglesia Católica como institución apoyó al nazismo no es correcta, es más, está en las antípodas de la realidad. Tenemos ya publicado un artículo sobre el tema, puedes leerlo aquí:
Para profundizar más aún en ese asunto habría que escribir un artículo entero, pero al menos te daré algunos datos para mostrarte que la relación entre el nazismo y la Iglesia no fue precisamente romántica:
El 20% de los sacerdotes católicos de Polonia fueron asesinados (a menudo con tortura) por el hecho de ser católicos, muchos de ellos llevados a campos de concentración. La biografía del papa Juan Pablo II es una buena muestra de lo duro que fue el nazismo con la Iglesia Católica en Polonia (pero también en Alemania y otros países). En todo el Reich, los sacerdotes que no se sometían por completo al régimen eran conscientes de que se estaban, literalmente, jugando la vida. Del resto de sacerdotes que sobrevivieron, unos fue porque tuvieron suerte (como Juan Pablo II) y otros porque optaron por obedecer para sobrevivir, o al menos procuraron evitar el choque. No criticaría yo esta última actitud pues, como dije antes, no todos somos héroes.
Una de las primeras medidas que tomó Hitler al anexionarse Austria, país de mayoría católica, fue prohibir la enseñanza de la religión católica, cerrar los seminarios, ilegalizar las organizaciones de juventudes católicas y asaltar el palacio arzobispal de Viena, dejando malherido al arzobispo. No diría yo que acciones de ese tipo muestren ningún tipo de sintonía o amistad entre nazis y católicos en absoluto.
Un dato curioso es que en las elecciones que llevaron a Hitler al poder, la relación entre el número de católicos y el número de votos al nacionalsocialismo es inversamente proporcional, o sea, en donde Hitler sacó menos voto y tuvo menos apoyo fue en las zonas en donde la población católica era más abundante. Según algunos historiadores esto pudo influir en por qué Hitler sentía mayor animadversión por la Iglesia Católica que por las protestantes, junto con el miedo a que una Iglesia Universal era más difícil de controlar que una local. Además, se consideraba (correctamente) que el cristianismo era una especie de rama evolucionada del judaísmo, y por tanto unas doctrinas empapadas del odioso semitismo. Dentro de esto, se consideraba (justamente) que el catolicismo era más odioso que el protestantismo por haberse separado mucho menos de sus raíces judías. El menor apoyo de los católicos al nazismo se explica también por causas similares, al tener un concepto de pertenencia a una Iglesia universal, que abarca todas las razas y países, era mucho más difícil que un católico se sintiera identificado con el ideal nacionalista de raza pura y de superioridad Alemana.
Sin embargo, entre los “cristianos”, merecen mención especial por su heroísmo los Testigos de Jehová. No es por quitarles mérito pero también es fácil entender que el convertirte a una religión que es minoritaria implica un grado de certeza y compromiso mucho mayor que cuando simplemente eres uno más de la mayoría, así que si sientes que tus creencias se ven limitadas o amenazadas, es también de esperar que en general los Testigos reaccionaran con más valor que los cristianos “mainstream”. Eso no disminuye su heroísmo, simplemente lo hace más entendible a nivel estadístico. Por eso fueron ellos el único grupo cristiano al que se decidió marcar con un distintivo, para tenerlos mejor controlados, pues eran los más problemáticos.
Un libro muy bueno para ver con datos detallados y pruebas cómo el nazismo tenía como enemigo principal, después de los judíos, a la Iglesia Católica, es el libro “La Culpa”, de Konrad Löw. Te lo recomiendo aunque admito que yo solo he leído extractos del libro y creo que no existe traducción española de esa obra. Por lo poco que sé de él, parece ser un historiador muy polémico y contestado, pero lo que te recomiendo no son tanto sus tesis (que apenas conozco) sino su libro como fuente de datos históricos, documentos, etc. en donde puedes ver la relación entre el nazismo y la Iglesia. Ese libro desmonta detalladamente la tesis de que la Iglesia Católica colaboró con el nazismo. Como ejemplo te copio aquí un párrafo que he encontrado entre mis archivos sacado de dicho libro. Se trata de un fragmento de un informe interno de las SS que cita Löw y que reflejaba la idea que los nazis tenían sobre los católicos en general:
“Es indiscutible que la Iglesia católica en Alemania se opone decididamente a la política gubernamental de oposición al poder hebreo. Por consiguiente, realiza un trabajo de apoyo a los judíos, les ayuda a huir, utiliza todos los medios para apoyarlos en la vida cotidiana, y facilita su estancia ilegítima en el imperio del Reich. Las personas encargadas de esta tarea disfrutan de pleno apoyo del episcopado y no dudan en quitar a los alemanes, e incluso a los niños alemanes, la escasa comida para dársela a los judíos”.
También tengo un fragmento de un himno de las Juventudes Hitlerianas en donde se ve claramente que la ideología que el nazismo pretendía inculcar a los jóvenes alemanes era anticristiana, y sobre todo anticatólica:
“Ningún malvado sacerdote nos impedirá sentir que nosotros somos hijos de Hitler. No seguimos a Cristo, sino a Horst Wessel. Basta de incienso y de agua bendita. Sólo la esvástica trae la salvación a la Tierra”.
En Austria les enseñaban a vocear “Cuando las juventudes hitlerianas marchan, Cristo revienta”.
Hitler, que aunque loco también era inteligente, solía evitar el enfrentamiento abierto con la Iglesia porque su estrategia era debilitarla hasta hacerla desaparecer, pero desde el primer momento, junto con una mínima diplomacia, también usó el puño de hierro para mantenerla a raya. La Iglesia por su parte, como explicamos en el mencionado artículo sobre Pío XII, intentaba hacer equilibrios entre cumplir su misión por un lado (salvando a judíos entre otras cosas) y evitar un enfrentamiento directo con Hitler por otro lado. El papa pensaba que si se enfrentaba abiertamente al nazismo solo conseguiría que todo el clero dentro del Reich corriera la misma suerte que los judíos en lugar de poder seguir ayudándolos. A pesar de ello las tensiones y enfrentamientos eran continuos. En un momento dado el Vaticano redactó un escrito condenando el asesinato de un obispo polaco y fue la propia Iglesia polaca la que presionó para evitarlo, con el argumento de que esa condena oficial del nazismo supondría también la condena a muerte de todos ellos. A todos nosotros ahora nos encantaría que el papa hubiera sido claro, firme y contundente en su condena al nazismo, pero es necesario ponerse en aquella situación para comprenderlo. Si hablar claro te permite a ti pasar a la historia con la frente alta y limpia pero sume en el peligro e incluso la muerte a miles o incluso cientos de miles de católicos, clero o no, entonces es mucho mejor y más cristiano morderte la lengua, negociar, usar la diplomacia y hacer malabares para intentar mejorar las cosas en vez de empeorarlas. De eso a acusar al Vaticano de colaboración, va un mundo.
Al poco de llegar al poder, Hitler firmó un concordato con la Santa Sede y solo días después lo incumplió, a continuación declaró ilegal la organización Juventudes Católicas y poco después asesinó a su líder. Los sacerdotes que en sus sermones decían algo no aceptable para el régimen eran amonestados y si reincidían eran arrestados y a menudo desaparecían, lo cual creó en la mayoría un miedo que llevaba a la autocensura.
Hitler consideraba que era mucho más eficaz volcarse en la paganización de los niños y jóvenes que en obligar a los adultos a renunciar a su fe, por lo que era relativamente tolerante con los cristianos, al tiempo que ponía todo su empeño en descristianizar a sus hijos. Aunque en forma novelada, esa descristianización programada es reflejada muy bien en la novela del escritor e investigador Francisco Javier Aspas, “Los Hijos del Fühder”, por si tienes curiosidad y tiempo.
Sobre las verdaderas creencias de Hitler, no entiendo muy bien por qué pero hay cierta polémica y viendo lo que el nazismo hacía, no tiene sentido ni siquiera la sospecha de que pudiera seguir siendo cristiano. Sin embargo no hay polémica en cuanto al verdadero líder ejecutor, planificador e ideólogo que movía la maquinaria del nazismo: Himmler. Si Hitler era un loco inteligente con delirios de grandeza, Himmler era el malvado intelectual que planificaba, dirigía y ejecutaba casi todo, haciendo creer a Hitler que quien decidía era él, pero era Himmler el verdadero ideólogo del nazismo. Y sobre las ideas de Himmler no hay duda posible, era no solo ateo, sino totalmente anti-cristiano y concebía que la principal tarea del Reich, además de conquistar el mundo, era la de descristianizarlo. La bibliografía sobre Himmler es muy abundante así que no tendrás ningún problema en indagar sobre sus creencias. Por darte algunos ejemplos acabo de sacar de internet este fragmento de un documento escrito por Himmler (traduzco):
“Vivimos en la era del conflicto supremo con el cristianismo. Es parte de la misión de las SS dotar al pueblo alemán en el próximo medio siglo de los cimientos de una ideología no-cristiana sobre los cuales puedan moldear y dirigir sus vidas. Esta tarea no consiste simplemente en derrotar a un oponente ideológico, sino que debe ser acompañada en cada paso por un ímpetu positivo: en este caso eso significa la reconstrucción de la herencia alemana de la forma más amplia y global posible”.
Y tratándose de Himmler, el gran mitólogo amante del esoterismo, eso que él llama “herencia alemana” se refiere a la Alemania pre-cristiana, por supuesto. Si su odio al cristianismo lo dirigió especialmente contra la Iglesia Católica, además de por las razones dadas anteriormente, tal vez pueda deberse a que al igual que el converso ama a su nueva religión más que nadie, del mismo modo quien abandona sus creencias puede convertirse en alguien que las odia más que nadie, y por desgracia Himmler fue educado como católico, aunque a partir de su época universitaria fue alejándose de sus raíces hasta llegar a renegar por completo de ellas. Lo que más odiaba Himmler del cristianismo era su concepto de misericordia y perdón. Para Himmler todo se regía por la supervivencia del más fuerte, y la compasión cristiana le parecía el mayor peligro hacia ese ideal de supremacía. La Iglesia, mediante su protección del débil, solo podía producir una sociedad degenerada; el nazismo limpiaría toda traza de compasión y eliminaría al débil para lograr una sociedad fuerte.
En un último intento de ofrecerte la bibliografía y referencias que pides, he encontrado un artículo en Wikipedia sobre el tema (Persecución Nazi de la Iglesia Católica en Alemania), y como es habitual en los temas polémicos o complicados, está plagado de citas y referencias al final del artículo (108 en total), así que supongo que eso te servirá de ayuda para asegurarte de que se manejan datos correctos. Curiosamente este artículo no tiene versión española, así que te lo paso en inglés y, si no conoces el idioma, siempre queda el recurso del Traductor de Google:
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