"La biología es el estudio de cosas complicadas que tiene la apariencia de haber sido diseñadas con un propósito”, Richard Dawkins, biólogo ateo, en The Blind Watchmaker
“Los biólogos deben tener en mente constantemente que lo que ven no fue diseñado, sino que en realidad evolucionó”, Francis Crack, bioquímico ateo, en What Mad Pursuit
“La evidencia a favor del diseño es abrumadora”, Paul Davies, astrónomo agnóstico, en The Cosmic Blueprint
A la luz de estas declaraciones, no es exagerado afirmar que la evidencia científica apoya la idea del diseño en la naturaleza. La verdadera discusión no es acerca de la presencia del diseño sino de la fuente de este diseño. ¿Es acaso el proceso aleatorio de la mutación y la selección natural, o la obra de un Diseñador Inteligente?
Me resulta notable cuán frecuentemente la creatividad que encontramos en la naturaleza es similar al diseño humano, si bien el diseño de la naturaleza suele ser más exquisito, óptimo o eficiente.
Andy McIntosh y Novid Beheshti nos brindan un ejemplo más tomado de la biología a través de un estudio iniciado varios años atrás en Leeds University, en el Reino Unido, e informado en el número de abril de 2008 de Physics World. El escarabajo bombardero es un insecto que se encuentra comúnmente en África, Asia y partes de Estados Unidos. Este insecto asombroso puede disparar un poderoso chorro de fluido caliente y tóxico con una precisión milimétrica y tamaño de gotas variable en cualquier dirección hasta una distancia de 20 cm para deshacerse de diversos depredadores como arañas, hormigas, aves o ranas.
El escarabajo bombardero crea el fluido a partir de dos productos químicos, la hidroquinona y el peróxido de hidrógeno, que almacena en su abdomen en un par de cámaras de combustión. Cuando se ve amenazado, mezcla los dos productos químicos para crear una mezcla tóxica que incluye benzoquinona y agua calentada por encima del punto de ebullición. Luego eyecta poderosamente el arma hacia su objetivo.
En su estudio, McIntosh y Beheshti lograron replicar el proceso usado por el escarabajo. Realizaron una serie de experimentos disparando pulsos de agua caliente hasta distancias de cuatro metros, controlando simultáneamente el tamaño de las gotas del rocío. El estudio estuvo motivado por las posibles aplicaciones de esta tecnología. Podría influir en cosas como los dispositivos de provisión de medicamentos como los inhaladores, los inyectores de combustible usados en motores de autos o las boquillas usadas en matafuegos.
Una vez más, la naturaleza brinda inspiración para la tecnología humana. ¡El exquisito mecanismo de defensa del escarabajo bombardero ciertamente refuerza el argumento de William Paley de que la fuente de diseño en la naturaleza es un “Relojero” antes que el azar!
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