La palabra agnosticismo significa literalmente
‘sinconocimientismo’. La postura escéptica sostenida por los agnósticos
suele asumir dos formas distintas: blanda o dura. El agnosticismo blando
o flexible simplemente dice carecer de conocimiento con relación a si
Dios existe (con lo cual se reserva el juicio). El agnosticismo duro o
dogmático hace una afirmación más fuerte al decir que “nadie” puede
saber si Dios existe.
Este tipo de agnosticismo duro parece sufrir de los mismos problemas que
el ateísmo en términos de verificar su afirmación osada. Una persona
que abrace una forma dura de agnosticismo debería (1) saber que el
conocimiento de Dios es lógicamente imposible o (2) ser experta en todas
las formas posibles en que uno podría llegar a saber acerca de Dios.
Sin embargo, ninguna de estas posturas parece ser lógicamente
justificable por naturaleza.
Además, la forma dogmática de agnosticismo en realidad se autodestruye
(al afirmar y negar al mismo tiempo la aseveración idéntica), ya que la
postura afirma simultáneamente que uno no sabe si Dios existe y, sin
embargo, sabe lo suficiente acerca de Dios como para afirmar que nadie
puede saber que Dios existe. Los agnósticos duros, en efecto, dicen
tener conocimiento acerca de un tema del cual dicen que no es posible
saber nada. En su libro No Doubt About It
el filósofo cristiano Winfried Corduan señala lo siguiente: “Por lo
tanto, el agnosticismo gira alrededor de una contradicción al tener que
sostener que al mismo tiempo es a la vez posible e imposible saber algo
acerca de Dios”.
El agnosticismo duro hace la afirmación autodestructiva de que “uno sabe
lo suficiente acerca de Dios como para afirmar que no se puede saber
nada acerca de Dios”.1 De modo que las afirmaciones extremas del escepticismo afirman primero lo que terminan negando.
1. Para una evaluación crítica del agnosticismo, ver Norman Geisler, Christian Apologetics (páginas 13-27).
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