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En la búsqueda de una verdadera refutación




...puedo decir que Mr. Donato ha sido refutado con éxito. Seguiré en la búsqueda implacable hacia una verdadera refutación. Este es el principio de la serie 'Buscando la verdadera refutación' en dónde hablaré sobre las objeciones diarias que me presentan personas diarias.

¿Alguna vez te paraste en un determinado lugar para expresar tu opinión? ¿Cuantas veces te tacharon de ignorante sólo por presentar una objeción a un argumento? ¿Te discuten sin argumentos válidos? Son cosas que pasan muy a menudo cuando eres una persona con ganas de debatir un tema concurrente. Tienes que saber que siempre, pero siempre existirán personas con el fin de intentar de refutar tu posición, pero... ¿sabes lo que es refutar?

La refutación es una tautología en lógica proposicional. El refutar es rechazar la validez de una idea, argumento, teoría o afirmación de otra persona mediante razones y argumentos. Es la acción de contradecir, impugnar con argumentos o razones [lo que otros dicen]. Crítica a  la credibilidad de una narración, con el objeto de desautorizarlo o invalidarlo. Con la refutación pretendemos demostrar que lo dicho por otra persona no es válido, conveniente o útil.

A partir de una hipótesis (=H) se pueden inferir conclusiones (=C) y si estas conclusiones son refutadas con argumentos racionales ( ¬C) entonces la hipótesis también queda refutada ( ¬H)

Ejemplo

La sociedad siempre se ha desplazado montada a caballo (=H). No hay por qué viajar ahora en coche. (=C) 

Refutación: Hoy en día hay que hacer viajes largos y los caballos no serían adecuados (¬C) para recorrer esas distancias. Ergo, el argumento queda refutado. (¬H)
Defensa de la refutación: Esto es más que obvio, no es adecuado viajar de Asunción hasta Ciudad del Este montando un caballo. En primer lugar porque sería una carga extremadamente pesada para el animal y por ende son pocas las probabilidades que pueda aguantar todo el viaje y en segundo lugar existen leyes que regulan el viaje sobre cuadrúpedos. Y si cayera la lluvia o algún desastre ambiental se complicarían las cosas, por eso hoy día es necesario contar con un automóvil y otros medios de transporte.

Aquí vemos un ejemplo de la falacia ad antiquitatem o también llamada falacia apelando a la tradición. Es una falacia lógica que consiste en afirmar que si algo se ha venido haciendo o creyendo desde antiguo, entonces es que está bien o es verdadero.
Como verán hemos refutado con una premisa ese argumento, pero a su vez siguiendo las leyes de la verificación hemos argumentado y defendido nuestra premisa con pruebas que la avalan. Por ende nuestra refutación se vuelve irrefutable al haber presentado pruebas que no pueden ser desmentidas ya que son completamente plausibles.

¿Te suena la palabra Falacia?

En lógica, una falacia (del latínfallacia, ‘engaño’) es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente para persuadir o manipular a los demás, mientras que otras se cometen sin intención debido a descuidos o ignorancia. Todo razonamiento falaz es inválido, es decir que su estructura no garantiza la verdad de su conclusión, pero en ocasiones pueden ser muy sutiles y persuasivas, y puede hacer falta mucha atención para detectarlas. El que un argumento sea falaz no implica que sus premisas o su conclusión sean falsas ni que sean verdaderas. Un argumento puede tener premisas y conclusión verdaderas y aun así ser falaz. Lo que hace falaz a un argumento es la invalidez del argumento en sí. De hecho, inferir que una proposición es falsa porque el argumento que la contiene por conclusión es falaz es en sí una falacia conocida como argumento ad logicam.

Leamos lo que dice la última estratagema de Arthur Schopenhauer:

"Cuando se advierte que el adversario es superior y se tienen las de perder, se procede a argumentar de manera ofensiva, grosera y ultrajantemente; es decir, se pasa del objeto de la discusión (puesto que ahí se ha perdido la partida) a la persona del adversario, a la que se ataca de cualquier manera. Puede denominarse a este procedimiento argumentum ad personam, distinguiéndolo así del argumentum ad hominem, que consiste en alejarse del objeto de la discusión atacando alguna cosa secundaria que ha dicho o admitido el adversario. Ad personam, en cambio, se procede abandonando por completo el objeto en discusión y atacando a la persona del adversario; así, uno se torna insolente y burlón, ofensivo y grosero. Se equivocaría irremediablemente quien pensara que bastará sólo con que, a su vez no se proceda personalmente contra el contrario. Es un hecho comprobado que, si con toda tranquilidad, se le demuestra que no tiene razón y que juzga y piensa falsamente -algo que acontece en toda victoria dialéctica- se le irritará más que con una expresión grosera y ofensiva, ¿Por qué? Porque como dice Hobbes (de Cive, c, i), Omnis animi voluptas, omnisque alacritas in eo sita est, quod quis babeat, quibuscum conferens se, possit magnifice sentire de seipso [Toda alegría del ánimo y todo contento residen en que haya alguien con quien, al compararse, uno pueda tener un alto sentimiento de sí mismo]. Y es que nada importa más a los hombres que la satisfacción de su vanidad o el quedar bien con terceros, siendo la herida más dolorosa aquella que la afecta. (De esto provienen dichos como "antes la honra que la vida", etc.). Tal satisfacción de la vanidad surge, por lo general, de la comparación de uno mismo con los demás bajo cualquier aspecto, pero principalmente en lo que concierne a la inteligencia. Esto se comprueba effective [de hecho] y con gran intensidad en la discusión. De ahí la rabia del vencido aunque no tenga razón, y de ahí el que recurra extrema ratio [como último medio], a esta estratagema final. A eso no se puede responder simplemente con gentileza por nuestra parte. Mucha sangre fría, sin embargo, puede servir de gran ayuda si en cuanto se advierte que el oponente nos ataca ad personam, le respondemos tranquilamente que eso no tiene que ver con el asunto y proseguimos a continuación con las demostraciones para probar su error, sin hacer caso alguno de la ofensa, -más o menos como Temístocles a Euribíades: [¡pégame pero escúchame!, Plutarco, Temístocles 11, 20]. Pero esto no se le da bien a cualquiera." (
Dialéctica erística o el arte de tener razón, Arthur Schopenhauer, 
1788 - 1860)

Schopenhauer hace un análisis a los tipos de falacias apelando al ataque personal en sus estratagemas finales. El describe que una persona al verse sin argumentos y contra la pared, recurre a atacar personalmente al contrincante sin más ni menos, apelando a premisas sacadas de contexto y opiniones meramente personales o relativas y nada objetivas. Esto es una falacia ad hominem o ad personam. Dependiendo del contexto temático. El filósofo también describe que una persona con el objetivo se saciar su propia vanidad y/o con el objetivo de quedar bien con terceros (presión social)... recurre deliberadamente a todo tipo de falacias conocidas, esto es muy común en personas con un bajo nivel de razonamiento cognitivo y una nula capacidad de refutación. Cuando yo trabajaba como columnista en varios portales locales, me encontraba entre los comentarios a muchas personas con estas características falaces. Fue así como llegué a la conclusión de que es normal entre las personas el querer contradecir algo sin presentar pruebas, recuerden que la carga de prueba recae sobre aquel que refuta. Ya que es éste mismo el o la que debe argumentar el porque de su objeción.

¿Se dan cuenta cómo es fácil desmenuzar falacias? Sigamos analizando.

Una falacia de ninguna manera puede ser considerada como un argumento válido. No puedes refutar algo sin conocer las pruebas suficientes a favor y en contra del tema a debatir. Normalmente las personas que sólo utilizan su opinión personal o su concepción personal para intentar descalificar el argumento rival, presentan sus premisas sin una prueba empírica, lógica o válida. Como había dicho, sólo sacan meras conclusiones personales.

La gran diferencia entre una opinión y un argumento
La diferencia es simple. Usted puede emitir un comentario u opinión de manera subjetiva, como lo sienta, sin tener que justificar o aclarar el por qué de tu punto de vista. Mientras que el argumento refiere a realizar el ejercicio de buscar fuentes de información que afirmen tu opinión para que tenga sustento científico, empírico, lógico, falseable y verificable. La opinión es subjetiva, el argumento debe tener información objetiva y sustentable. El argumento es un conjunto de razones o de pruebas enlazadas lógicamente que conducen a una conclusión, en cambio la opinión es una apreciación que no esta basada en evidencias (y como todos sabemos... las apreciaciones personales son relativas) al menos que se presente suficiente evidencia cómo para considerar la opinión como un argumento. 

Ahora bien, habiendo aclarado y definido todos los conceptos propuestos quiero transcribir algunos argumentos que parecen válidos pero no lo son.

Respuesta a Donato

"Espero que traigas unos argumentos que valgan la pena escuchar"

R: Aquí el Sr. Donato da pie al hilo de discusión. El afirma que desea escuchar argumentos que valgan la pena, pero más adelante se darán cuenta que él nunca ha escuchado ningún argumento mío, y si lo hizo ni siquiera se detuvo a pensar en el. Con esta violación a la primera ley de la lógica, el Sr. Donato inicia su serie de objeciones.

"No le podés llamar argumento a un divague tuyo"

R: El querer negar un argumento sólo porque para usted es un 'divague' es una falacia de petición de principio. Aquí el Sr. Donato comienza a fundamentar el resto de su ideología en base a sus apreciaciones personales de mis argumentos, y sin un carácter cognitivo ni lógico. Solo palabrería. Definamos 'divague' como la acción de separarse o apartarse del asunto principal del que se habla o escribe, según la RAE. En todo caso un divague ahora mismo sería comenzar a hablar de la importancia del pollo en la sociedad en medio de un debate sobre los tipos de falacias, no se relacionan los temas, así que eso sería un 'divague'. En el caso del Sr. Donato, no muestra ninguna prueba ni explicación para defender esta premisa o para decir que saco del contexto los temas a debatir, por lo que defino esta oración según las leyes lógicas cómo una falacia del hombre de paja.

"Divague es estar diciendo las cosas suponiéndolas, sin sentido. Mientras argumento es un orden de hechos bien definido. Y creo que es un divague porque no me interesa porque te das mil y unas vueltas con tu argumento"

R: Esto parece una broma, pero el Sr. Donato lo plantea con mucha seriedad. Lo más irónico es que él define correctamente 'argumento' pero no lo lleva correctamente a la práctica, ya que según las leyes de la lógica, como habíamos dicho el argumento requiere información objetiva y sustentable. Cuando el Sr. Donato escribió 'y creo que es un divague porque no me interesa porque te das mil y unas vueltas' no sólo me dio dolor de cabeza ya que no tiene un sentido lógico de principio a fin (trate de leerlo de nuevo) sino que también me dio a entender que el Sr. Donato sólo cree que es un divague porque no le interesa y a la vez porque (sin presentar pruebas o ejemplos) supuestamente es un argumento circular. Falacia post hoc ergo propter hoc.

"No te voy a estar queriendo hacer tirar arena si no me pongo a escucharte para decir que te divagas"

R: El Sr. Donato olvida que el sólo hecho de escucharme no es un argumento para decir que mis premisas son un 'divague', también se recae la prueba sobre el para afirmar eso. ¿Y si nunca le interesó? ¿Y si realmente no me escuchó? ¿Y si su objetivo desde el principio era sólo 'tirar arena' y no debatir con racionalidad? Otro argumento hombre de paja destrozado. Cabe destacar que sigue sin presentar la prueba de mi 'divague' sólo esta hablando de cosas muy subjetivas.

"Porque ya me fundamente en que punto te divagas y ahora te estás divagando"

R: Cabe destacar que todo lo que ha dicho el Sr. Donato como ustedes mismos estuvieron leyendo no está basado en la lógica ni en la verificación. Todo es muy subjetivo de su parte, sigue siendo una apreciación personal sin sustento. El hecho que haya definido 'divague' y quiera tratar de correlacionar esa definición con mis argumentos de ninguna manera significa (cómo hemos analizado más arriba) que mis argumentos sean un divague, a menos que, el Sr. Donato presente las pruebas que lo avalan y no simples apreciaciones que el tiene acerca de mis objeciones. Yo también puedo definir la teoría del diluvio y suponer de alguna manera que dicha parte de la teoría es falsa (o un divague como dice el Sr. Donato) pero esto es falaz al no demostrar lógica ni empíricamente mi objeción. (Un ejemplo para intentar refutar la teoría diluviana sería el estudio acerca de la migración de los animales del Ártico hasta las proximidades del Medio Oriente. Eso es una refutación con pruebas) Nuevamente vemos que el Sr. Donato disfraza su falacia asumiendo que él ya demostró empíricamente su posición. (cosa que nunca ocurrió)

"Mboy vc. Te das cuenta al estar argumentando y ahí te empezas a divagar, no se por que te tengo que buscar un punto para que entiendas que lo único que estás buscando es que yo termine confundiéndome cuando ya te expliqué el por qué tal vez admito que nunca te escucho pero las veces que te escucho te divagas y bueno pedís pruebas y te daré tus pruebas"

R: Esto es impresionante. Aquí el Sr. Donato rompe todos los límites de la contradicción. Todo mi argumento en la conversación fue lineal y pidiendo pruebas al respecto (el Sr. Donato no presentó una sola) ya que la carga de prueba recaía sobre él. Él no buscó un punto, sólo se pasó girando en círculos sobre la base de que todas mis teorías son divagues y que todas son falsas, y lo más irónico es que me acusa de intentar confundirle cuando él escribe una sarta de cosas que carecen de peso lógico. Luego afirma que nunca me escucha pero a veces me escucha y según el lo poco que me escucha me divago. Pregunto yo al internauta ¿tiene algún sentido esta objeción? Claramente, de ninguna manera. Es una flor de falacia lógica en dónde también se contradice él mismo para luego por decimocuarta vez afirmar que me divago sin presentar las pruebas que avalan lo que afirma. Esto es a golpe de vista un argumento circular. Sigo esperando sus pruebas, quizás nos encontremos en otro momento.

Donato repite 'te divagas' en casi todas sus 'objeciones' o 'argumentos'. ¿Acaso no es esto también (supuestamente) dar vueltas en una sola cosa? Sin comentarios.

Puedo decir que Mr. Donato ha sido refutado con éxito. Seguiré en la búsqueda implacable hacia una verdadera refutación. Este es el principio de la serie 'Buscando la verdadera refutación' en dónde hablaré sobre las objeciones diarias que me presentan personas diarias.


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