Una reciente investigación descrita en un artículo reseña en Journal of Biochemistry & Analytical Biochemistry(«Rethinking the Bacterial Genetic Regulation») indica que hay más en la genética de las bacterias de lo que se sospechaba.
Los genetistas bacterianos habían elaborado unos claros mapas de genomas, con promotores y unidades de transcripción y operones bien delineados —todos ellos componentes que aseguran que los genes que operan conjuntamente se expresen simultáneamente. Estas cosas siguen siendo ciertas. Pero hasta recientemente nadie sabía de la existencia de unas dinámicas a niveles más elevados involucradas en la regulación del genoma.
Usando métodos análogos a los del famoso proyecto ENCODE, que abrió nuestros ojos a los complejos patrones de expresión e interacción del genoma humano, los científicos han descubierto que, igual que en nuestro genoma, mucha proporción del genoma de una bacteria se transcribe en ambas direcciones. Esto abre la posibilidad de nuevas formas de regulación génica. Además, los investigadores han encontrado que el genoma está organizado en dominios a gran escala donde aparecen reunidos largos tramos de ADN de modo que los genes involucrados en funciones relacionadas pueden operar conjuntamente.
La manera en que el ADN se superenrolla parece estar implicada en estos dominios dinámicos. Algunos genes se expresan de manera preferente cuando el ADN está superenrollado, y otros se expresan cuando está relajado. Hay también datos que sugieren «unos movimientos rápidos (tirones) de los loci cromosómicos y rápidas ondas longitudinales de densidad fluyendo en uno y otro sentido» a lo largo del nucleoide, la región de la célula donde se encuentra el ADN de la célula bacteriana. El ADN es activo y está en movimiento.
Este tipo de cambio estructural dinámico es extraordinario.
Potencialmente, puede proporcionar niveles globales de organización que pueden cambiar en respuesta al medio en el que la célula se encuentra. Los autores describen una manera en que puede suceder en un patógeno bacteriano de las plantas, y sugieren que también podrían estar involucrados unos modos similares de respuesta al medio en otros patógenos.
Códigos dentro de códigos dentro de códigos —sistemas de alto rendimiento y sumamente inteligentes—: esas cosas no suceden por accidente y/o selección al azar. La célula podría comenzar con un código, lo es ya increíble por sí mismo. Pero superponer otro código en dirección opuesta está mucho, pero mucho más allá de ello. Luego, la adición de una tercera capa de dinámica estructural es algo que sencillamente lleva al pasmo.
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